sábado, 7 de mayo de 2011

Columna de opinión
¡¡PASEN Y VEAN---!! (Parte 2)
Por Rodolfo José Bernat


Con la reglamentación aprobada por la presidente Cristina Fernández, quedaron “legalizadas” y habilitadas las listas colectoras. Este es un síntoma más, de que la presidente esta resuelta a ganar o ganar, más allá de los compañeros que deba arrojar a la hoguera para mantener encendido el fuego sagrado del “modelo” kirchnerista del cual la presidente, es su máxima sacerdotisa.
La jugada que iniciara Martín Sabbatella –ex antikirchnerista-, abrió el camino para que el gobernador bonaerense Daniel Scioli, junto con un conjunto de intendentes principalmente del conurbano, comiencen a preocuparse por la posibilidad de no saber cual puede llegar a ser sus posibilidades de conservar sus actuales posiciones políticas.
Sin embargo, lo que en un momento puede ser favorable, puede transformarse en un corto período de tiempo, en el elemento más destructivo para los mismos que fueron favorecidos con anterioridad. Se repetiría así, la antigua formula homeopática de que la administración de un veneno en pequeñas dosis puede curar, pero administrado en dosis mayores, indiscutiblemente mata.
Hoy por hoy la preocupación de Cristina Fernández y su entorno, no pasa por los hechos que genere la oposición, cuyos integrantes continúan inmersos dentro de una Torre de Babel, donde nadie se entiende con nadie. El problema se les presenta dentro del kirchnerismo mismo, donde los sectores que lo integran, libran una lucha que ya ha tomado estado público y pone en evidencia, que la jefatura que ejerciera en vida Néstor Kirchner, hoy ya no existe y que si bien públicamente esos mismos sectores, levantan la figura de Cristina como la “Jefa”, la realidad demuestra que la presidente “es Jefe, más no ejerce”.
Analicemos esto último: ¿En cuantos sectores se divide el kirchnerismo? ¿Existe un mismo signo ideológico? ¿Cuáles son sus diferencias y propósitos?
Estos son tres de los muchos interrogantes que desde hace ya tiempo, la opinión pública trata de encontrarles respuestas. Manifesté en mi anterior nota, que el kirchnerismo es un “híbrido” e hice referencia de los grupos y sectores que lo componen. Pero entre todos ellos claramente sobresalen dos, “La Cámpora” y el “Moyanismo” que van encolumnando detrás de cada sector, a referentes políticos y sociales encuadrados en el kirchnerismo, pero que responden en la práctica a diferentes proyectos de construcción de políticas de poder. Mientras los jóvenes de “La Cámpora” de la mano de Máximo Kirchner y otros encumbrados funcionarios gubernamentales, avanzan rápidamente en busca de mayores cargos representativos dentro del gobierno, el “Moyanismo”, a partir de su máximo líder, Hugo Moyano, profundiza sus presiones sobre la presidente Cristina Fernández, para lograr una mayor participación del sindicalismo dentro del poder “real” del Gobierno Nacional, y esto quedo ratificado por el mismo Moyano, al hacer uso de la palabra, en el Primer Congreso Nacional de la Militancia, convocado por la Juventud Sindical que lidera Facundo Moyano, donde pidió “mayor representación política del sindicalismo dentro del gobierno” y anticipo su intención de postularse a la presidencia de la Nación para el 2015.
Esto puede darse de esta manera, porqué el kirchnerismo no posee ninguno de los signos ideológicos conocidos hasta hoy, lo que les permite usar como símbolo la imagen de Néstor Kirchner, a quién elevan al nuevo rango de Líder Carismático Nacional y por debajo de él a Perón y Evita, mientras otros sectores del mismo agrupamiento, se sienten identificados con el Castrismo, el Bolivarismo Chavista, el anti imperialismo norteamericano y algunos incluso, con el islamismo iraní.
En cuanto a las diferencias, saltan a la vista; en principio la conquista de mayores espacios de poder y caja, desde los cuales puedan doblegar al oponente y en lo posible eliminarlo.
Creo que esta película es un mal plagio, de otra que vimos y vivimos hace cuatro décadas atrás.
Es lamentable ver en la oposición, como las ambiciones personales se superponen a los intereses y necesidades de la ciudadanía en general, a tal punto que parecería ser que la UCR de la mano de Ricardo Alfonsín ya “casi” candidato oficial de su partido, sería quien tejiera una alianza con sectores del Peronismo disidente, el Macrismo, el Socialismo y porqué no, la Coalición Cívica de Lilita Carrio, a despecho de Eduardo Duhalde que buscaba ser el articulador de esa alianza y que a partir de su ruptura con el Peronismo Federal y su decisión de participar con su partido, Unión Popular, como candidato a presidente, debilito considerablemente el peso político que tenía. Es que su actitud trae a la memoria, la sombra del Congreso Justicialista de Lanús, en enero del 2003, que prohibió la interna partidaria posibilitando en las elecciones generales el triunfo de su candidato Néstor Kirchner, quien asumiera la presidencia de la Nación con el 22 por ciento de los votos.
El 14 de agosto se realizaran las elecciones partidarias obligatorias y a partir de allí se podrá comenzar a perfilar el futuro político nacional.
Tal vez esta sea la última oportunidad para la izquierda nacional de consolidar un frente de unidad que asegure al PO y a la Izquierda Unida la posibilidad de seguir “en carrera” después de las internas, dado que necesitan obtener en las primarias un piso del 1,5 por ciento de los votos ¿los podrán obtener si van divididos?
Me adhiero a los sentimientos de pesar que causo la muerte de Don Ernesto Sábato, uno de los mejores escritores argentinos y latinoamericanos, que supo tener entre otras cualidades, la virtud de ser un hombre honesto, lo que no es poca cosa en esta Argentina de hoy.



Fcio. Varela, 5 de mayo de 2011

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