Columna de
opinión
“ARGENTINA, DECIME QUE…”
Por Rodolfo
José Bernat
Fue una canción
creada para alentar a la Selección de Futbol Nacional y de paso, “gastar” a
nuestros hermanos latinoamericanos y principales competidores en lo “social-
político, económico, estratégico”, los brasileros. Del mes y poco que duro en
mundial de futbol 2014, éramos desde las pantallas de TV, los titulares de los
diarios, las propagandas comerciales y la “invasión” de argentinos a Brasil los
“campeones inevitables”, de esta Copa que no podía tener otro campeón que no
fuéramos nosotros…
esto hasta el minuto 113 del partido,
en que el alemán casaca N° 19 Mario Gotze le puso la rúbrica al gol que corono
Campeón del Mundo a la selección alemana, ante la mirada incrédula y
despavorida de miles de argentinos dentro y fuera, del Maracaná, que se negaban
a creer, “que algo así, pudiera estar ocurriendo”.
Pero aquella incredulidad, pronto con
la velocidad de una terrible catástrofe, se trasladó a Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba,
donde ya estaban aguardando, los “carros triunfales” que encabezados por la
presidente Cristina F. de Kirchner, llevarían la corona de laureles a los
“bravos gladiadores” que habrían consumado la hazaña, prolijamente preparada.
El gobierno, encabezado por la señora Presidente suspendió la “marcha triunfal”
Ezeiza-Casa Rosada. Y los miles y miles de argentinos, que creían que eran los
ganadores “morales” se auto convocaron en el Obelisco en CABA y otros lugares
de la República Argentina; pero es evidente que en todos los pechos no se
albergaba el mismo sentimiento y reapareciendo los “violentos de siempre”,
muchos de ellos borrachos y drogados, que en vivo y en directo a través de las
cadenas de televisión nacionales y extranjeras, resucitaron las escenas de
2001, de robos, saqueos, violencia extrema, enfrentamiento a pedradas contra la
policía, etc., etc. .-
La batalla campal con hidrantes,
gases lacrimógenos, balas de goma y toda la parafernalia represiva, cambiaron
la escena de fiesta nacional y popular por la de “SALVESE QUIEN PUEDA”.
Hubo cientos de detenidos y cuando
volvió la calma el centro de Buenos Aires, era lo más parecido a Kosovo en su
peor momento.
Pero no debemos olvidar aquella vieja
frase de los artistas teatrales: “LA FUNCIÓN DEBE CONTINUAR” y aquí continuo,
con un cambio de escenografía, pero con el mismo argumento. En vez de La Rosada
fue el predio de la AFA, donde se desarrollo el último acto de esta comedia, en
su alocución Cristina no solo puso de relieve el “valor de lo realizado por el
equipo y su técnico”, sino que, abandonando momentáneamente sus atributos
presidenciales, se constituyó en la “conductora” de un programa de TV,
presentando y haciendo hablar a varios de los integrantes, que no tuvieron más
remedio que prestarse al show, ante la insistencia de Cristina, muy cómoda en
su papel de conductora.
Hubo dos hechos relevantes; la
presentación de Lavessi, como el “sex-simbol” de la Selección y el olímpico
desconocimiento del presidente de AFA, Julio Humberto Grondona, quién ni
siquiera pudo hacerse notar como que estaba presente.
Mientras tanto, en el Obelisco una
vez más se rearmaba el palco y nuevamente llegaban cientos y cientos de
personas que deseaban agasajar a los Sub-campeones del Mundo. Pero ellos nunca
llegaron ni llegarían, en su lugar, llegó un comunicado redactado por el equipo
“donde se agradece el fervor popular y se piden disculpas, por no asistir al
Obelisco, dado que nadie asegura la seguridad de los jugadores ni la del
público presente”. Esa gente que desde los últimos rincones de la Patria,
durante 40 días vistieron de azul y blanco todo el territorio de Argentina, se
desconcentraron con lágrimas en los ojos y con la enorme frustración de
comprobar que sus “adorados” guerreros, ni siquiera pudieron hacerles ver una
sonrisa de agradecimiento. MISERIAS Y GRANDEZAS DE UN MUNDIAL QUE NO LOGRARON
NI LOGRARAN ESCONDER EL GRADO DE CORRUPCION, VIOLENCIA E INJUSTICIA CON LOS 40
MILLONES DE CIUDADANOS QUE VIVEN UN DÍA A DÍA, PLAGADOS DE INCERTEZAS, DE
MIEDOS, SIN ESPERANZAS DADO QUE NO PODEMOS TENER FUTURO VIENDO COMO POERMANENTEMENTE
NOS DESTROZAN EL PRESENTE.
Un país que públicamente condena la
droga y sus efectos con campañas publicitarias, que les cuesta al Estado
Nacional, millones de pesos, quitados de los presupuestos que podrían aplicarse
a combatir el hambre, la enfermedad con que millones de argentinos deben nacer,
convivir y morir a lo largo y ancho de una Patria que puede ofrecerles todo y
una minoría repulsiva, les niega todo. ¡ARGENTINA que se siente…, viendo como el festín de los
corruptos te lo sirven por TV, como si fuera un “reality-show”; cuando vemos
como las fuerzas de seguridad se utilizan para reprimir a obreros que reclaman
porque de
“buenas a primeras”, una
multinacional decidió dejarlos sin trabajo, cuando vives en un país con miles y
miles de planes a hombres, mujeres y niños, no para remediar su situación de
pobreza y abandono, sino para perpetuarlo y convertirlos en los nuevos esclavos
de nuestros días, cuando se festeja la restitución de un funcionario PROBO,
como el Fiscal Luis María Campagnoli, sin castigar con la máxima pena a quienes
por “OBEDIENCIA DEBIDA” al poder central, causaron un nuevo y grave perjuicio a
la Sociedad; que el acto por el aniversario de nuestra Independencia Nacional,
sea presidido por un vice-presidente, procesado en la Justicia Federal y que
pocos días después por ausentarse la presidente Cristina Fernández Vda. De
Kirchner del país, ante todo un esquema de poder, compuesto por el Ejecutivo,
el Legislativo y el Judicial, convalidan la acción con su silencio que los convierte
en cómplices en este atentado contra el honor y potestad de la República.
En una Nación que se llena de orgullo
–en buena hora- de que la máxima autoridad de la Iglesia Católica sea por
primera vez en la historia de este rito, un latinoamericano y argentino para
completar el cuadro, que ha comenzado a marcar, con su ejemplo, cual es el
camino a recorrer, para vivir en un mundo mejor y mientras el hoy, Papa
Francisco ratifica con ejemplos sus palabras, aquí se conmemora el 20°
aniversario de la tragedia de la AMIA, con su secuela de muertes, destrucción y
ausencia total del Estado Nacional, en su obligación de dilucidar los “COMO,
PORQUÉ Y PARA QUE Y QUIENES” provocaron esta tragedia que afecto no solo a la
comunidad judía, sino a todo una sociedad en donde no existe diferencias de
raza, credos o religión. Y ahora decime: ¡ARGENTINA! ¿QUE SE
SIENTE…?