viernes, 28 de octubre de 2011

Columna de opinión
FABULA
Por Rodolfo José Bernat

¿Quién puede hoy en cualquier rincón de la República negar o cuestionar el casi 54 por ciento obtenido por la presidente Cristina Fernández Vda. de Kirchner, para llevar adelante su segundo mandato presidencial consecutivo y tercero de esta etapa kirchnerista? Es inútil desgañitarse denunciando manejos corruptos dentro de las distintas esferas del Estado, crecimiento increíble en nuestro país de planes sociales que han creado una nueva estrategia de vivir sin trabajar bajo la protección económica del gobierno, a costilla del trabajo de otros –cada vez menos- que siguen creyendo aún hoy en la “cultura del trabajo”, dádivas, retrasos inadmisibles en la calidad de la educación primaria y secundaria, inseguridad cada día mayor, condiciones de vida aceptables en el siglo diez y nueve pero inaceptables en pleno siglo veintiuno, territorios extensos dominados por el narcotráfico, auténticos responsables por el exterminio masivo de vastos sectores de nuestra juventud. País en el que la disociación de la familia se ha llevado a tal punto, que ya no son pocos “los voceros”, que pregonan su inutilidad y levantan en cambio los argumentos de otro tipo de sociedad en donde el “todo vale” y el “piedra libre” quiere legalizar todo aquello que durante siglos fue amoral en aras de un modernismo descarnado sin sentimientos ni valores.
El 25 de octubre de 2009 debían realizarse las elecciones legislativas en nuestro país, pero era en aquel entonces tan grande el poder de Néstor Kirchner y su Frente para la Victoria, que en 2007 había logrado reafirmar la continuidad de su proyecto con un nuevo mandato presidencial, esta vez encabezado por su esposa, Cristina Fernández.
El Frente para la Victoria no tuvo inconvenientes para adelantar los comicios de aquel año, ni pasar por encima de los preceptos legales que establecían el 25 de octubre como fecha obligatoria. En una maniobra claramente política adelantaron por conveniencia propia los comicios para el 28 de junio de 2009, acortando las campañas políticas de la oposición en 60 días, pero dejando en cambio inalterable la pose de los electos para el 10 de diciembre de 2009.
En aquella elección se pusieron en juego las bancas para 127 diputados nacionales para el período 2009-2013 y 24 senadores nacionales para el período 2009-2015. El pueblo cansado de tanto maltrato y manoseo, centro todas sus esperanzas en la “oposición” y en el acto eleccionario vencieron al Frente para la Victoria que solo pudo obtener 8 senadores nacionales y 40 diputados nacionales ante la inocultable furia de Néstor Kirchner que se expreso de variadas formas. La oposición triunfante paso a tener 16 senadores nacionales y 74 diputados nacionales, con los cuales se aseguraban la mayoría en la Cámara Baja y la igualdad en la Cámara Alta en la que contaban además, con el aporte del vicepresidente de la Nación Julio Cobos que era a su vez, presidente del Senado. La oposición en una auténtica orgía de soberbia, ignoro el mandato popular
y se entrego a una desenfrenada competencia por el poder que lentamente los fue conduciendo a esta derrota de hoy. No es el kirchnerismo el que los ha vencido, es su propia ineptitud y la falta de respeto al mandato popular que no supieron o no han querido cumplir, y hoy los resultados expresan con claridad las consecuencias y la decadencia vergonzante de siglas políticas que durante décadas llenaron de gloria las páginas de nuestra historia política, y que hoy se ven transformados en meros “quioscos” donde se disputan intereses personales por encima de los intereses del pueblo. Esta situación me trae a la memoria, una vieja fábula de Esopo, que tétricamente parece reflejar el panorama actual de nuestros políticos:
“EL AGUILA Y LA ZORRA”
“Un águila y una zorra que eran muy amigas decidieron vivir juntas con la idea de que eso reforzaría su amistad.
Entonces el águila escogió un árbol muy elevado para poner allí sus huevos, mientras que la zorra soltó a sus hijos bajo unas zarzas sobre la tierra al pie del mismo árbol.
Un día que la zorra salió a buscar su comida, el águila, que estaba hambrienta cayo sobre las zarzas, se llevo a los zorruelos, y entonces ella y sus crías se regocijaron con un banquete.
Regreso la zorra y más le dolió el no poder vengarse, que saber de la muerte de sus pequeños; ¿Cómo podría ella, siendo un animal terrestre, sin poder volar, perseguir a uno que vuela? Tuvo que conformarse con el usual consuelo de los débiles e impotentes: maldecir desde lejos a su ahora enemiga.
Más no paso mucho tiempo para que el águila recibiera el pago de su traición contra la amistad. Se encontraban en el campo unos pastores sacrificando una cabra; cayó el águila sobre ella y se llevo una víscera que aún conservaba fuego, colocándola en su nido. Vino un fuerte viento y transmitió el fuego a las pajas, ardiendo también sus pequeños aguiluchos, que por pequeños aún no sabían volar, los cuales se vinieron al suelo. Corrió entonces la zorra, y tranquilamente devoro a todos los aguiluchos ante los ojos de su enemiga.
MORALEJA: Nunca traiciones la amistad sincera, pues si lo hicieras, del cielo llegara el castigo”


Fcio. Varela, 27 de octubre de 2011.-

viernes, 21 de octubre de 2011

Columna de opinión
“MI MENSAJE”
Por Rodolfo José Bernat


Corría el mes de septiembre de 1991, por aquel entonces yo conducía el programa radial “Noticias de ayer”, que se emitía desde Florencio Varela por Radio Juventud, -FM 90.1-, de lunes a viernes de 13 a 15 horas. El programa en aquel entonces contaba con una importante audiencia, que participaba activamente a través de los teléfonos de la emisora, generalmente quedaban bloqueados por la gran cantidad de comunicaciones que durante las dos horas de programa, se realizaban a la emisora.
Esa era la ratificación del interés que en la audiencia, despertaba el programa en el cual se trataban mayoritariamente, temas de análisis políticos tanto del distrito –que en aquel momento encabezaba el intendente Julio Alberto Carpinetti-, como nacionales.
El gobierno de Carlos Menem había cumplido un año y dos meses y el justicialismo nuevamente en el poder desde 1976, era el principal elemento que primaba sobre el panorama político nacional, provincial y distrital. Fue por aquellos días que un destacado militante peronista, vecino de este distrito y asiduo oyente de “Noticias de ayer”, Gualberto Omar Abbadini, tras habérmelo anticipado en forma telefónica al programa, se llegó hasta el domicilio de FM Juventud para obsequiarme un ejemplar fotocopiado del libro “MI MENSAJE” de Eva Perón.
El libro trae a modo de cubierta, una hoja oficio rayada, donde con una caligrafía clara y precisa Abbadini expresa: “Ni intemperantes, ni vanguardistas estúpidos. Luchemos para revertir esta dura realidad, pero respetando el determinismo soberano de las clases humildes que no han abandonado el peronismo.” Y a continuación colocaba sus nombres, apellido y su número de DNI. . En la segunda hoja oficio rayada a modo de “Prólogo” escribe: “Redescubrir a Evita hoy, significa: tener la osadía de transgredir los parámetros de la desmemoria institucionalizada”. Para finalizar más abajo con lo siguiente “Texto completo de “Mi Mensaje”. Por Evita, en plena agonía. Bs. As., 1952”.
¿Puede existir un momento nacional como el actual para redescubrir a Evita? Lo que sigue a continuación es la transcripción textual de las páginas 61 y 62 del libro “MI MENSAJE” de Eva Perón.
“Mis joyas no me pertenecen. La mayor parte fueron regalos de mi pueblo. Pero aún las que recibí de mis amigos o de países extranjeros, o del General, quiero que vuelvan al pueblo. No quiero que caigan jamás en manos de la oligarquía y por eso deseo que constituyan, en el Museo del Peronismo, un valor permanente que sólo podrá ser utilizado en beneficio directo del pueblo.
Que así como el oro respalda la moneda de algunos países, mis joyas sean el respaldo de un crédito permanente que abrirán los bancos del país en beneficio del pueblo, a fin de que se construyan viviendas para los trabajadores de mi Patria.
Desearía también que los pobres, los ancianos, los niños, mis descamisados, sigan escribiéndome como lo hacen en estos tiempos de mi vida y que el monumento que quiso levantar para mi el Congreso de mi Pueblo recoja las esperanzas de todos y las convierta en realidad por medio de mi Fundación, a la que quiero siempre pura como la concebí para mis descamisados.



Así yo me sentiré siempre cerca de mi pueblo y seguiré siendo el puente de amor tendido entre los descamisados y Perón.
Por fin, quiero que todos sepan que si he cometido errores los he cometido por amor y espero que Dios, que ha visto siempre mi corazón, me juzgue no por mis errores ni mis defectos, ni mis culpas, que fueron muchas, sino por el amor que consume mi vida.
Mis últimas palabras son las mismas del principio: quiero vivir eternamente con Perón y con mi Pueblo.
Dios me perdonara que yo prefiera quedarme con ellos, porque el también está con los humildes y yo he visto siempre en cada descamisado un poco de Dios que me pedía un poco de amor que nunca le negué.
30. Una solo clase. Es necesario que los hombres y mujeres del pueblo sean siempre sectarios y fanáticos y no se entreguen jamás a la oligarquía.
No puede haber, como dice la doctrina de Perón, más que una sola clase: los que trabajan.
Es necesario que los pueblos impongan en el mundo entero esta verdad peronista.
Los dirigentes sindicales y las mujeres que son pueblo puro no pueden, no deben entregarse jamás a la oligarquía.
Yo no hago cuestión de clases. Yo no auspicio la lucha de clases, pero el dilema nuestro es muy claro: la oligarquía que nos explotó miles de años en el mundo tratará siempre de vencernos.
Con ellos no nos entenderemos nunca, porque lo único que ellos quieren es lo único que nosotros no podremos darle jamás: nuestra libertad.
Para que no haya lucha de clases, yo no creo, como los comunistas, que sea necesario matar a todos los oligarcas del mundo. No, porque sería cosa de no acabar jamás, ya que una vez desaparecidos los de ahora tendríamos que comenzar con nuestros hombres convertidos en oligarcas, en virtud de la ambición, de los honores, del dinero o del poder.
El camino es convertir a todos los oligarcas del mundo: hacerlos pueblo, de nuestra clase y de nuestra raza.
¿Cómo? Haciéndolos trabajar para que integren la única clase que reconoce Perón: la de los hombres que trabajan.
El trabajo es la gran tarea de los hombres, pero es la gran virtud.
Cuando todos sean trabajadores, cuando todos vivan del propio trabajo y no del trabajo ajeno, seremos todos más buenos, más hermanos, y la oligarquía será un recuerdo amargo y doloroso para la humanidad.
Pero, mientras tanto, lo fundamental es que los hombres del pueblo, los de la clase que trabaja, no se entreguen a la raza oligarca de los explotadores.
Todo explotador es enemigo del pueblo. ¡La justicia exige que sea derrotado!

Fin de “MI MENSAJE” de Eva Perón – EVITA


Fcio. Varela, 20 de octubre de 2011

viernes, 14 de octubre de 2011

Columna de opinión
“EVITA HABLO …” Cuarta parte
Por Rodolfo José Bernat


El próximo lunes 17, se cumplirá el 66º aniversario del inédito hecho que protagonizaran miles de trabajadores que espontáneamente y autoconvocados, se volcaron masivamente sobre la Plaza de Mayo exigiendo del gobierno encabezado por el general Edelmiro J. Farrell, la libertad del coronel Juan Domingo Perón detenido en la prisión militar de la Isla Martín García, en el Río de la Plata, desde el 13 de octubre de aquel inolvidable 1945. Es en aquellos días que María Eva Duarte se transforma para siempre en “Evita”, comenzando con su empuje increíble, a concientizar a los diferentes sectores de la necesidad urgente de liberar al coronel Perón. De aquel 17 de octubre de 1945, dejo Raúl Scalabrini Ortiz, esta excelente pintura realizada con palabras: “Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas vaharadas, mientras las multitudes iban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones de acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas… Hermanados en el mismo grito y la misma fe, iban el peón de tambo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba.”
Es Perón quien con sus ideas, se transforma en el brazo ejecutor de la patriada, pero es Evita quien se convierte en el alma de la misma. Que mejor entonces que en sus propias palabras, recordar aquella epopeya. Esto manifestaba la compañera Evita el 16 de octubre de 1948: “La unidad entre pueblo y gobierno –porque éste se sabe plenamente apoyado por aquel y aquél totalmente representado por sus elegidos- no solo es un hecho nuevo en la historia política de la Nación, sino que encarna la palanca especifica para todas las superaciones. Esa unidad cuya primera manifestación se dio el 17 de octubre, como unidad revolucionaria que es, tiene características esencialmente dinámicas. A cada año que pasa, a cada conmemoración, multiplica su contenido y amplia los cuadros de la labor conjunta entre pueblo y gobierno, lo cual es la suprema garantía del logro de nuestro porvenir.”
“El 17 de octubre es una fecha definitivamente incorporada a las que señalan nuestras gestas de más acentuado sabor popular y más efectivo contenido nacional. Ello es incuestionable, como lo es el que nada ni nadie logrará borrar esa fecha de la vida de nuestro pueblo. Tiene para nuestra independencia económica y nuestra evolución social el mismo significado que el 25 de mayo tuvo para nuestra independencia política. Aquel día de 1810 el pueblo, unido a sus próceres representativos, abrió el camino nuevo hacia la proclamación que seis años después se realizaría en Tucumán. Y de la misma manera, aquel día ferviente de 1945, unido el pueblo al hombre de su elección –del que no aceptaba separarse-, abrió las perspectivas para una nueva política económica, una nueva política social y una etapa superior –nueva también, por ser más fraternal y más justa- en la vida común de todos los argentinos.” Y agregaba el 24 de agosto de 1949: “


“Las palabras perdieron el fragor del estoicismo ante la admisión del egoísmo. Pero hoy, en la Argentina, se abre una nueva y trascendental claridad justiciera, estableciendo normas que sirven para orientar la acción de los individuos y de los poderes públicos, a fin de elevar la cultura social, dignificar el trabajo y humanizar el capital, como la forma ideal de establecer el equilibrio y el orden social.
El hombre cumple así el individualismo en función social por medio del derecho de trabajar, el derecho a una retribución justa, el derecho a la capacitación, el derecho a condiciones dignas de trabajo, a la preservación de la salud, al bienestar, a la seguridad social, a la protección de su familia, al mejoramiento económico y a la defensa de los intereses profesionales, que constituyen atribuciones esenciales de todos los hombres y mujeres, sagrados derechos que figuran en la Constitución justicialista de Perón y proclamados por el líder de los trabajadores argentinos.
Todos estos principios, todas estas realizaciones, todos estos avances que se incorporaron al acervo moral y espiritual del pueblo argentino, nada hubiesen significado para el afianzamiento y la consolidación del bienestar social si la evolución y el sentido de la legislación dictada por los hombres de nuestro movimiento no hubiesen encontrado en la reforma de la Constitución Nacional su manifestación propicia. La Constitución adquirió así la consistencia de un corto mensaje a la posteridad, reflejo de una nueva era de justicialismo peroniano que vivimos, y como una rectificación de las deformaciones que los años, al pasar, imponen y fijan límites al necesario avance de la civilización.”
Y al hablar de los dirigentes esto decía Evita el 12 de abril de 1951: “El peronismo es un movimiento abierto a todo el mundo. Ustedes ven que cualquiera que llega a mí, sea un dirigente de esto o de otro, siempre le digo que él, para mí, no es más que un dirigente de Perón. Cuando me dicen que Fulano es un dirigente que responde a Mengano o a Zutano, pienso que no es un dirigente, sino un sinvergüenza, porque, bajo el lema Justicialista, el pueblo y la patria toda constituyen una gran familia, en la que todos somos iguales, felices y contentos, respondiendo solo a Perón.”
Y concluyo esta columna de hoy, con una perla del pensamiento de Evita. Decía la Compañera el 19 de abril de 1951: “Yo no ambiciono ni quiero tener ningún título dentro de nuestro movimiento, porque no pasarán a la historia los que tengan cargos, ya que Perón es único; pasarán a la historia los humildes que acompañaron a Perón, porque a la historia no pasarán más que Perón y el pueblo. ¡Por eso, no pudiendo ser Perón yo quiero ser pueblo!”
El lunes 17, cuando aquellos que se encuentran encuadrados en Frentes, Organizaciones o fracciones políticas que no representan al pensamiento ni a la obra peronista, deberían pensar al realizar el obligatorio homenaje a esa fecha histórica, que no es con flores ni con discursos vacíos de contenido que se puede recordar esa gesta, cuyos gastos, por otra parte, los termina pagando el pueblo. El “Día de la Lealtad”, se celebra solamente con eso, con Lealtad a la memoria y la obra peronista. De esta manera ¿Quién estará en condiciones de celebrarlo?


Fcio. Varela, 13 de octubre de 2011.-

viernes, 7 de octubre de 2011

Columna de opinión
“EVITA HABLO…” Tercera parte
Por Rodolfo José Bernat


Esta es la tercera entrega de la serie “EVITA HABLO...” que algunos posiblemente juzgan, parte del pasado y por ende desactualizado. Allí es donde se equivocan, porque existen personajes que más allá de su desaparición física han logrado trascender en el tiempo y su vigencia es permanente, convirtiéndose su pensamiento en clara vertiente donde saciar la sed de justicia y a la vez, en firme alegato de denuncia contra todos aquellos que ejerciendo el gobierno en forma circunstancial, utilizan al pueblo para mantener su poder y no para continuar la transformación política, económica y social, que Perón junto a Evita, consolidaran el 17 de octubre de 1945 sellando un pacto de honor y patriotismo con el pueblo de la Nación, interrumpido por aquellos que ayer se declararon “sucesores” y los de hoy que imitan a los anteriores, que no son ni han sido otra cosa, que traidores al pensamiento y la obra de Perón y Evita.
Para graficar lo anterior veamos en las palabras de la compañera Evita, su pensamiento en algo tan importante para una Nación, como la cultura, la escuela y la educación. Esto manifestaba al respecto el 3 de febrero de 1947: “…y si en alguna oportunidad alguno de esos señores que firmaron ciertos manifiestos ha estado en las directivas de la enseñanza superior, habrá sido porque el general Perón o no lo ha sabido o habrá querido atemperar pasiones. No hay que olvidar que él es el Presidente de los dieciséis millones de habitantes, y una de sus aspiraciones es gobernar, hacer patria. El no ha venido para hacer política personal, sino para desarrollar una acción en bien de la comunidad. Si todavía a esos señores les queda en sus corazones algo de argentinos, es posible que recapaciten y comprendan que la bandera de Perón es la bandera de la Patria. Confiemos en que por sobre todo privará el sentido patriótico y argentinista. A la juventud universitaria que dentro de nuestros partidarios, tienen el privilegio de poder estudiar, le pido que continúe estudiando y amando a la ciencia y que tenga confianza en que, dentro de lo posible, el general Perón tratará de atender sus justas aspiraciones.
El general Perón ha encarado con toda amplitud el problema de la Universidad, que es el problema de la juventud estudiosa argentina, idealista mil por mil. Estamos seguros de que esa juventud constituye el núcleo que ha de regir en un futuro no lejano, probablemente, los destinos de la Patria, u ocupar importantísimos puestos dentro del orden nacional.
Saben ustedes que el general Perón sueña con la Universidad Obrera, porque quiere que sus descamisados también vayan a estudiar para que la vida les sea de ese modo menos ruda y menos sacrificada que la que deben afrontar por razones de ignorancia.”
Y agregaba el 14 de febrero de ese mismo año: “Pensemos que el fracaso social de nuestra escuela se debe a que no educa, no forma y no moraliza. Se limita a instruir.
De ahí la necesidad de su transformación y la ayuda indispensable de la enseñanza religiosa para formar hombres y mujeres cuya responsabilidad de conducta contribuya a la paz social, juntamente con una mayor justicia social. Esto solo puede lograrse con la buena voluntad de la educación cristiana, fraternal y solidaria en lo privado y lo público, y jamás con el individualismo ateo y materialista.”






El 1º de mayo de 1952, con sus fuerzas físicas totalmente debilitadas, tal vez con la certeza de que aquel, sería el último encuentro con su pueblo, Evita dando una lección de lealtad y entereza decía: “Otra vez estoy en la lucha, otra vez estoy con ustedes, como ayer, como hoy y mañana. Estoy con ustedes para ser un arco iris de amor entre el pueblo y Perón; estoy con ustedes para ser ese puente de amor y felicidad que siempre he tratado de ser entre ustedes y el líder de los trabajadores.
Estoy otra vez con ustedes, como amiga y como hermana, y he de trabajar noche y día por hacer felices a los descamisados, porque sé que cumplo así con la Patria y con Perón. He de estar noche y día trabajando por mitigar dolores y restañar heridas, porque sé cumplo con esta legión de argentinos que están labrando una página brillante en la historia de la Patria. Y así como este 1º de Mayo glorioso, mi general, quisiéramos venir muchos y muchos años y, dentro de muchos siglos, que vengan las futuras generaciones para decirle, en el bronce de su vida o en la vida de su bronce: ¡Presente mi general!
Nosotros no nos vamos a dejar aplastar jamás por la bota oligárquica y traidora de los vendepatria que han explotado a la clase trabajadora; nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por los que, vendidos por cuatro monedas , sirven a sus amos de las metrópolis extranjeras y entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido el país y sus conciencias; nosotros vamos a cuidar de Perón más que si fuera nuestra vida, porque nosotros cuidamos una causa que es la causa de la Patria, causa del pueblo, causa de los ideales que hemos tenido en nuestros corazones durante tantos años. Hoy, gracias a Perón, estamos de pie virilmente. Los hombres se sienten más hombres y las mujeres nos sentimos más dignas, porque dentro de la debilidad de algunos y de la fortaleza de otros está el espíritu y el corazón de los argentinos para servir de escudo a la vida de Perón.
El camino a recorrer es largo y a veces un poco arduo. No todas van a ser alegrías; a veces habrá muchas espinas. Pero piensen qué poco importa dejar en el camino jirones de nuestras vidas si lo hacemos por el bien de los demás, si nuestro fruto ha de ser la grandeza y la felicidad del país.”
El lunes 17 de octubre, se cumplirá el 66º aniversario del día en que Perón, Evita y el pueblo trabajador escribían una nueva página de gloria en el libro de la historia de nuestra Patria. La marcha del pueblo y su Líder tuvo que hacer un alto un 16 de septiembre de 1955, se reanudó un 11 de marzo de 1973 para volver a detenerse un 1º de julio de 1974. Son solo fechas. Perón y Evita hoy, son inmortales para ellos no cuenta el tiempo y cuando el pueblo resuelva marchar nuevamente, ellos volverán a estar al frente. Mientras tanto los peronistas deberían declarar al 17 de octubre “Día de duelo Nacional”, hasta tanto el pueblo encuentre otro Líder que pueda llevar a la victoria las banderas y las obras de Perón y Evita. En ese momento el 17 de octubre volverá a ser el “Día de la Lealtad”.



Fcio. Varela, 6 de octubre de 2011.-