Columna de opinión
“LA DESOBEDIENCIA…”
Por Rodolfo José Bernat
Un lector, amigo y profesional del Derecho, en un e-mail que me
remitiera me comentaba con referencia a
la última columna “La Catarsis”, “que estaban bien definidos los “como” y
“porqué” de la catarsis, pero y el pueblo ¡que catarsis puede hacer, para
seguir soportando las situaciones de ajuste económico, inseguridad, los
problemas con la salud, la educación, la drogadicción, etc., etc. Creo, no estoy seguro de que no soy el
que debe tener una respuesta y en cambio, las respuestas y las acciones para
cambiar las situaciones, están en las manos del Poder Ejecutivo Nacional, el
Poder Legislativo, el Poder Judicial y las demás instancias que son electas
para tales fines.
Sin embargo, me vino a la mente un nombre Mahatma Gandhi, un lugar: la
India, un imperio, Inglaterra.
La India era una colonia más de la
Corona Británica. Mohandas Gandhi, abogado que había cursado sus
historias en el Imperio, de regreso a su país, se encontraba muy disgustado con
las insuficientes concesiones británicas contenidas en el “Acta India”, de
1919, y emprendió sus campañas de “RESISTENCIA PASIVA”, a la que le siguió la
de “NO COOPERACION”, y que culminó con la “DESOBEDIENCIA CIVIL”, con las cuales
logró imponer en 1935, la “Conferencia de Londres”, en la cual Gran Bretaña
hizo nuevas concesiones promulgando en aquel año, la Ley que preparaba a la
India como “Federación”, creando la Constitución que entraría a regir a partir
del 1° de abril de 1937. Desde su regreso, Gandhi se había incorporado al
partido del Congreso Nacional Hindú, reforzando el ala más radical de ese
movimiento.
Fue a partir de la “matanza de Amritsar” donde durante una movilización
popular, en la cual los manifestantes, fueron ferozmente reprimidos a
tiros, arrojando esa acción un saldo de
380 muertos y 1200 heridos, cifras estas proporcionadas por las autoridades
coloniales y contestadas por el partido de4l Congreso, que afirmo alcanzaron
las cifras de la masacre, casi el doble de víctimas.
Gandhi comenzó entonces una campaña, lanzada por su partido en 1920, como
respuesta a la brutal masacre, donde desenvolvió las nuevas modalidades de
lucha, por el ideadas: boicot a las instituciones coloniales, efectivizadas
mediante la “no participación” en elecciones de órganos administrativos; no
concurrencia a las escuelas inglesas, no violencia, negativa a consumir
productos ingleses y aceptación pasiva de las represalias penales que pudiesen
sobrevenir.
El movimiento creció de tal manera, que rápidamente tomó forma en toda la
India consagrando el liderazgo de Gandhi, a quien desde entonces, se lo comenzó
a llamar “Mahatma” (Alma Grande), en el imperio de 1930/34, la independencia
absoluta y la lucha contra el “monopolio
de la sal”. Puso de relieve la capacidad de3 conducción de Mahatma Gandhi, que
unificó el planteo político con la reivindicación concreta que afectaba a toda la población mas
humilde y por ello, podía ser comprendida fácilmente y acompañada por las
masas. Es así, que las autoridades inglesas, vieron participar con gran
sorpresa y por primera vez a miles de mujeres hindúes. Era un nuevo problema al
cual nunca se habían enfrentado, las
cárceles abarrotadas de detenidas y detenidos, que sin resistencia alguna eran
conducidos a ellas.
Mahatma Gandhi, se convierte en el líder con quién los ingleses deben
dialogar. Las campañas de Mahatma Gandhi empleando como única arma la
“DESOBEDIENCIA CIVIL” se basaron en una forma de protesta que consiste en negar
obediencia a determinadas leyes y obligaciones; es decir oponerse a cumplir con
la misma, cuando estas se consideran injustas o ilegítimas. Esa modalidad de
lucha no violenta tiene el fin de demostrar la injusticia de las leyes
cuestionadas.
Muchas veces a “LA DESOBEDIENCIA CIVIL” se le sumo “LA RESISTENCIA
CIVIL”. A raíz de un impuesto abusivo que puso en vigencia el Imperio, Gandhi
salió de su retiro y comenzó una nueva campaña de resistencia pacífica, la que
se de3sarrollo desde Bar dolí. La represión no se hizo esperar, pero esa vez la
matanza fue a la inversa, porqué una
“pueblada”, dio muerte a veinte policías, quienes pretendieron suspender una
procesión. En marzo de 1922, luego del éxito obtenido en otra demostración de
resistencia pacífica, al conseguir un ausentismo generalizado de sus
connacionales en las entidades administrativas y judiciales, en las
universidades y en las escuelas, Gandhi fue a prisión. El mismo se presento
ante el magistrado inglés y se declaro culpable, expresando: “El gobierno
reposa sobre la explotación de las masas. La ley esta hecha para esta
explotación. La administración de la ley esta prostituida al servicio de los
explotadores. Un sistema sutil y eficaz de terrorismo ha envilecido al pueblo.
La India esta arruinada, hambrienta, degradada… ninguno de los gobiernos que
han oprimido le ha hecho tanto mal como Inglaterra. La no cooperación con
crímenes es un deber.
¡Señor Juez, esto debe terminar, renuncie o condéneme! Lo condenaron a 6
años de prisión, lo que significo para el gobierno colonial, la presión de
millares de indios que querían ingresar a las cárceles, para sufrir la pena que
le había sido impuesta al maestro, significo que al cumplir dos años de
prisión, Mahatma Gandhi, fue puesto en libertad.
Otra victoria de la política de Gandhi.
No termina aquí la parte de la columna con el Mahatma Gandhi, solo abro
un paréntesis para rememorar otro hecho.
En Argentina, el 9 de octubre de 1945, el Coronel Juan Domingo Perón
renuncia a sus cargos de Vice-presidente de la Nación, Ministro de Guerra y
secretario de Trabajo y Previsión de la Junta de Gobierno Militar, que
encabezaba el General Edelmiro J. Farrell, como presidente de la Nación.
Farrell presionado por sectores de las
Fuerzas Armadas, acepta las renuncias del Coronel Perón a todos sus
cargos y acepta luego de consultarlo con el resto de los integrantes de la
Junta Militar, la solicitud de Perón de que “…por lo menos que me dejen
despedir de mi gente antes de abandonar la secretaría de Trabajo”.
El gobierno autoriza el permiso. Se establece que el 10de octubre a las
18 horas, desde la sede de la secretaría de Trabajo y Previsión, se despediría
de los trabajadores. En la puerta del edificio de la secretaría se instaló el
palco, donde a través de alta voces, Perón hablaría a los trabajadores presentes
y por la cadena oficial de radio y
difusión al resto del país, lo que fuera autorizado por la Junta de Gobierno
Militar.
Y llegó el 10 de octubre. Desde el palco instalado en uno de los puestos
del Palacio, ante la algarabía y entusiasmo de la concurrencia que vivaba su
nombre, a las 19,15 horas, el Coronel Perón se dirigió por los altavoces al
público presente y por radio del Estado en cadena con todas las estaciones de
radiodifusoras, al país.
Durante su discurso, fue interrumpido varias veces por el público enfervorizado
que lo aclamaba. Estos son los últimos párrafos “… pido pues, el máximo de
tranquilidad a los trabajadores del país, tranquilidad y calma es lo que
necesitamos para seguir estructurando nuestras organizaciones y hacerlas tan
poderosas que en el futuro sean invencibles. Y si un día fuera necesario, voy a
formar en sus filas para obtener lo que sea justo. Mientras tanto, que sea la
calma y la tranquilidad la que guie los actos de los obreros para que no se
perjudiquen esta magnífica forma de justicia social. Pido orden
Para que sigamos adelante en nuestra marcha triunfal, pero si es
necesario algún día pediré guerra. Y ahora quiero una vez más ese ejemplo de
cultura que han exhibido en esta ciudad las masas trabajadoras, les pido a
todos que llevando en el corazón nuestras banderas de reivindicación piensen
cada día de la vida, que hemos de seguir luchando; inquebrantablemente por esas
consignas que representa los objetivos
que han de conducir nuestra República a la cabeza de las naciones del mundo.
Recuerden y mantengan grabado el lema “de casa al trabajo y del trabajo a casa
y con eso venceremos”.
Para terminar no les voy a decir adiós les voy a decir “hasta siempre”
porqué desde hoy en adelante estaré entre ustedes mas cerca que nunca y lleven
finalmente esta recomendación de la secretaría de Trabajo y Previsión: Únanse y
defiéndala, porque es la obra de ustedes y es la obra “nuestra”.
El discurso de despedida del Cnel. Perón estallo como una bomba entre los
oficiales de las fuerzas armadas, que el día 12 pidieron el reemplazo total del
gobierno. El presidente Farrell, recibió el ultimátum en la plaza San Martin,
donde comenzó a juntarse muchísima gente, convirtiéndose esa presencia en un
gran mitin anti militar que desbordo los controles y gano las calles. Se
origino entonces, un violento tiroteo con la policía muriendo el médico Eugenio
Ottolenghi y hubo un saldo de 34 heridos de bala entre civiles y policías. Era
evidente, que solo la detención del Cnel. Perón, aquietaría los ánimos.
En las primeras horas del día 13, el sub jefe de la policía, mayor Héctor
de Andrea recibió la orden de detener a Perón. Fue detenido en su departamento
de la calle Posadas, ante la desesperación de Evita. Trasladado al puerto, fue
embarcado en el buque Independencia y trasladado a la Isla Martín García, con
un cuadro de Pleuresía que se le declarara el mismo día 12. En vista del
agravamiento de su cuadro clínico, a las 2 de la mañana del miércoles 17, fue
trasladado al piso 10 del Hospital Militar. Mientras tanto la CGT el día 16 a
las 19,45 horas declara la “huelga general” por 24 horas a partir de la 0 hora
del 18 de octubre.
Pero los trabajadores, no podían seguir permitiendo que el Coronel
siguiera detenido y ya en la madrugada del “17” ignorando que en esos mismos
momentos, Perón había sido trasladado desde la Isla Martín García al Hospital
Militar, comenzaron a auto convocarse frente a las fábricas de Avellaneda, Lanús y Quilmes, como así
también, frente a los frigoríficos de Berisso y Ensenada, todos dispuestos a
marchar hacia la Capital Federal, portando banderas argentinas y la foto de
Perón.
También en la Capital en pequeños grupos primero y columnas después, los
trabajadores hombres y mujeres, que llegaban desde Mataderos, Lugano, Liniers,
Flores Sud, Villa Urquiza, Devoto, La Paternal, Boedo, Almagro, Parque
Patricios, Nueva Pompeya, Barracas , la Boca y otros barrios, comenzaron a
marchar hacia la plaza de Mayo. También desde la zona Oeste del Gran Buenos
Aires; comienzan a llegar trabajadores de Merlo, Moreno, Morón, Zárate,
Campana, Luján…
La Plaza de Mayo se va poblando y una multitud nunca vista en la historia,
va ocupando todos los espacios de la histórica plaza. Casi tres mil personas,
al tomar conocimiento que Perón esta detenido en el Hospital de Palermo, se
dirigen hacia allá y exigen entrevistar a Perón. Con la mediación del
Presbítero Emilio Carreras, se forma una comisión de 25 representantes
sindicales, a quienes se autoriza a entrevista r a Perón, quien les agradece el
gesto y los insta a fijar como punto central de concentración la Plaza de Mayo,
que ya a las 15 horas no mostraba un solo hueco que no fuera ocupado. Ya las
exigencias de los trabajadores pidiendo la presencia de Perón, iban en aumento.
A las 23,10 horas, Perón junto con el Presidente Farrell, se asoman al
balcón de la Casa Rosada y la plaza estalla en vítores, aplausos y gritos de
apoyo. Como los gritos no cesaban, Perón tomo el micrófono y anunció que
primero, hablaría el presidente Edelmiro J. Farrell. El Presidente así lo hizo
y anunció la realización de todos los puntos, pedidos por Perón, para expresar
por último “finalmente, deseo que cada uno tenga la convicción de que con la
unión y el trabajo hemos de llegar a obtener la más completa victoria de la
clase humilde, que son los trabajadores. Nada más.” Farrell se abrazo con Perón
ante el delirio de la gente y convoca al pueblo a entonar las estrofas del
Himno Nacional Argentino. Realizado, el locutor anuncio que el Coronel Perón
haría uso de la palabra, que hablaría despacio por su enfermedad. Con voz
pausada y con esa cadencia que seducía multitudes, triunfador y olvidando
amarguras y humillaciones y hasta su “Pleuresía”, Perón mas firme que nunca, le
hablo a su Pueblo. Eran las 23,50 cuando concluyo y el Pueblo contesto con el
“PERON… PERON”, que por décadas no se acallaría.
El 17 de octubre de 1945, el Pueblo y el Coronel Perón, comenzaban a
transitar por la historia Argentina.
GANDHI Y PERÓN… PERÓN Y GANDHI… TAN LEJOS UNO DEL OTRO Y A LA VEZ TAN
CERCA… si se aplicara al actual escenario político nacional “LA NO PARTICIPACION”,
“LA NO COOPERACION” Y “LA DESOBEDIENCIA CIVIL” de Gandhi al concepto de
Juan Domingo Perón de que “LA CALLE SE TOMA UNA VEZ Y SE LA DEJA CUANDO SE
ALCANZO EL OBJETIVO”, como se hizo en 1945 y se le agregan LAS CACEROLAS QUE
INVENTO EL PUEBLO Y QUE TUVIERON SU BAUTISMO EN 2001 ¡QUE PASARÍA………!”
Fcio. Varela, 19 de octubre de
2014.-