Columna de opinión
“BAJO EL SIGNO…”
Por Rodolfo José Bernat
“BAJO EL SIGNO DE UNA NUEVA GUERRA MUNDIAL”; con este título el
periodista Marcos Aguini, escribía en el diario “LA NACION” el 05/08/2016, una
excelente crónica, sobre la situación mundial y la irrupción del ISIS y sus
métodos en este panorama.
Debajo del título de la nota de Aguinis, se destaca un
“copete” que expresa: “Es hora de que Europa le exija al mundo musulmán su compromiso
para frenar la barbarie y para ofrecer a los refugiados el territorio y la
ayuda económica que necesitan tras años de fanatismo y violencia”.
Dado, que en la anterior columna publicada, se analizaba la
declaración del papa Francisco, en la cual el manifiesta “que actualmente en el
mundo se libra una guerra mundial a pedazos.”
Aguinis, comienza su nota, citándola frase del papa Francisco
y rememorando que desde hace años ya esta guerra viene siendo anunciada con
“llamaradas proféticas” por la ya fallecida Oriana Falacci y luego por la
española Pilar Rahola, entre las pocas mentes lúcidas de los últimos tiempos.
Peron fueron desoídas, como ocurrió con tantas voces temerarias de los rodantes
siglos.”
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“La nueva guerra mundial exhibe analogías y diferencias con
la dos anteriores. Algunos parecidos se refieren al involucramiento de gran
parte del planeta, una crueldad masiva y sin límites, y un fanatismo
desenfrenado. Las diferencias podrían centrarse en el novedoso protagonismo del
islam y la psicótica acción de los asesinos suicidas.
La creciente intervención de los mal llamados “lobos
solitarios” ha convertido cualquier lugar del globo en un sitio expuesto a la
matanza. Puede ser un supermercado, un club, un templo, mutuales, desfiles o
paseo callejeros. Esta característica exige mejor diagnóstico, más coordinación
y una firme voluntad para enfrentar semejante catástrofe, la misma voluntad que
inspiro a Churchill. Aliados de verdad.
No se trata de disparar misiles o deshacer el Califato Islámico. La arcaica
invención del Califato podrá desaparecer, pero no quienes se nutren de sus
enfermos ideales. El problema es más complejo.
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“La palabra “asesino proviene del árabe: Hash Ashian (los que
consumen ashin o son adictos al hachís). Formaron una secta sanguinaria durante
las cruzadas y se dedicaron a matar en nombre de Alá a cualquier cristiano que
tuviera cerca.
Pertenecían a la rama chiita que predomina ahora en Irán,
donde nació “Las mil y una noches” que fue luego mas pacífica que la sunita.
Los chiitas recuperaron su carácter agresivo durante la revolución de Khomeini
al frente de sus ayatolas, que muchos progresistas apoyaron con la ilusión que
traían la libertad.
Ahora en gran parte del Islam predomina un espíritu bélico de
todos contra todos. Es curioso que compartan un mismo libro, llamado Corán.
Pero diversas interpretaciones o la veneración por individuos de un lejano
pasado generan enfrentamientos absurdos. Esta situación no es original, porque
lo mimo sucedió en el mundo occidental. Las guerras de religión entre
cristianos, produjeron el exterminio de casi una mitad de Europa por la otra
mitad. ¿No recordamos la Inquisición y la noche de San Bartolomé, entre
miríadas de tenebrosos ejemplos? Pero en Occidente se produjo el milagro del
racionalismo y de la ilustración. Entonces su común libro, la Biblia, que
también contiene porciones sanguinarias, dejo de citarlas para exaltar los
versículos que cantan al amor y a la vida. Se leen, memorizan y repiten los
párrafos que traen consuelo y alientan la fraternidad. La religiones que
comparten la Biblia se convirtieron en bálsamo y convocan a la paz.”
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“En conclusión, el suicidio debería ser considerado un
pecado, y quitar la vida de un semejante también es un pecado, porque ofende la
máxima creación divina. La Biblia y el Corán tienen muchas analogías: derivan
de la misma fuente monoteísta que inspiro a Abraham y a Moisés y los sucesivos
acordes proféticos. Llegó la hora en que el asesinato sea condenado también, de
forma inequívoca.”
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“Llega a ser tan horrenda la manipulación religiosa de
ciertos líderes musulmanes como la adoptada por Khomeini durante su guerra en
Irak. Este monstruo ordeno fabricar medio millón de llavecitas de plástico para
colgar en los cuellos de los niños. Las llavecitas les abrirían las puertas del
paraíso después de morir. Instaló a los niños delante de sus tropas y les
exigió avanzar contra la vanguardia iraquí. Testimonios irrefutables de
soldados iraquíes narran como estos hombres, ante el avance suicida de miles y
miles de criaturas, empezaron a vomitar, arrojar sus armas y correr
despavoridos hacia la retaguardia.”
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“La jihad es el nombre de la actual guerra santa. Pretende
conquistar el mundo. Lo expresa sin rodeos. Entre sus objetivos inmediatos
figura dominar el Medio Oriente y luego Europa. Se les ha tornado este
propósito, porqué ya no lo nublan incertidumbres. Hace rato que dirigentes
musulmanes afirman que con el útero de sus mujeres conquistaran el llamado
Viejo Continente. La aceleración se logra mediante los refugiados. Europa, con
la conciencia aún maltrecha por las guerras y genocidios anteriores, no se
atreve a enfrentar este novedoso problema. No se atreve, por ejemplo, a ponerse de acuerdo en que la
tragedia de los refugiados sirios fue provocada por los propios árabes y
musulmanes, no por los daneses, ni los noruegos, ni los húngaros. Y que deben
resolverlo los mismos países musulmanes. No les faltan tierras ni recursos.”
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“Los argentinos tuvimos el atroz privilegio de sufrir el
primer atentado terrorista islámico y antisemita de todo el continente
americano. Tiempo después ocurrieron los ataques a las Torres Gemelas y otras
abominaciones. Tenemos el deber de ponernos al frente de una acción mundial,
bien coordinada y eficaz, que comprometa a la mayor de las organizaciones y
exija un cambio radical en la educación islámica, para que se condenen el
suicidio, el asesinato y la prédica del odio. ¡Y que lo hagan en nombre de
“Alá, el clemente y misericordioso”! El suicidio heroico fascina a muchos
desequilibrados, en especial jóvenes. Constituye el mas horrible arsenal de la
muerte en esta novedosa guerra mundial.”
Excelente nota de opinión
de Marcos Aguini en el diario “LA NACIÓN”, que considero no solo, se
debe leer, analizar y compartir, sino también pensar, que en una hipotética y
terrible, Tercera Guerra Mundial, ya no seremos espectadores, como en la
Primera y Segunda Guerras Mundiales, sino partícipes, quiéranos o no, y es
nuestro deber hacer hasta lo imposible, para no dejar tan horrible legado, a
nuestras futuras generaciones.-
Florencio Varela, 07/08/2016.-