viernes, 4 de febrero de 2011

Columna de opinión

EL SINDROME BOUAZIZI

Por Rodolfo J. Bernat


Mohamed Bouazizi era un joven tunecino de 26 años, su profesión era la informática y desde hace un tiempo atrás, se hallaba desempleado. Cansado de ir de puerta en puerta solicitando algún trabajo sin conseguirlo, decidió con un carrito de su propiedad, armar un puesto móvil para vender frutas y hortalizas en la plaza central, de Sidi Bouzid.
Pocos días después de comenzar su nueva actividad, que le permitiría nuevamente ser el sostén de su familia, un grupo de policías se acerco a su puesto y ante la mirada sorprendida de mucha gente presente en la plaza a esa hora, sin ningún tipo de contemplaciones tumbo el puesto y pisoteo la mercadería inutilizándola, con el pretexto de “no poseer autorización para vender”.
Desesperado, Mohamed Bouazizi, decidió inmolarse en la misma plaza donde se le impidiera trabajar. Sin que nadie atinara a impedirlo, se prendió fuego a lo bonzo. La horrible escena de su cuerpo en llamas en una plaza pública, fue el detonante que encendió el reguero de pólvora, que llevo el incendio a la mayor parte de los países del mundo árabe.
En los primeros días de enero de este año, en un hospital tunecino y a raíz de las graves quemaduras sufridas, moría Mohamed Bouazizi y pasaba a convertirse en el nuevo mártir del mundo árabe, materializándose su protesta, en furioso reclamo de cientos de miles de musulmanes, que ya alcanzó a países como Túnez, Argelia, Jordania, Egipto, donde los pueblos exigen lisa y llanamente la salida de los actuales regimenes gobernantes.
Nunca procesos convulsivos como los que hoy esta viviendo el mundo árabe y que en tan poco tiempo logra tal nivel de adhesión y participación, con tan alto número de víctimas en muertos, heridos y detenidos, a manos de la represión ejercida por las fuerzas adictas a los regimenes en el poder, ahora cuestionados, puedan quedar contenidos dentro de los límites geográficos, donde se originaron.
Las causas que provocaran este fenómeno, son la miseria, el desempleo, la corrupción, las desigualdades sociales, la ignorancia provocada y por sobre todas las cosas, el delirio de querer retener el poder de un modo autocrático. De esto último por estos pagos, ya sabemos bastante.
En nuestra patria, el tan temido “vacío de poder”, es cada vez más notorio. Solo hace unos días atrás, la presidente Cristina Fernández, aprovechando el palco que con motivo de la inauguración de la autovía que une Santa Fe con el túnel subfluvial que lleva a Paraná, Entre Ríos. Flanqueada por los Gobernadores de las dos provincias , Hermes Binner y Sergio Urribari, acompañada también por varios ministros de su gabinete, utilizando el acto, en su discurso arremetió directamente contra las cúpulas de la dirigencia gremial, que hace más de una semana bloquea en forma total, el puerto de Rosario.
En lo que se consideró un duro reclamo a la dirigencia sindical de la CGT San Lorenzo, que responde linealmente a la conducción de Hugo Moyano, la presidente en su disertación, exigió “responsabilidad” en los pedidos de mejoras salariales y también fustigo las acciones violentas que se emplean, como medida de presión para conseguir los objetivos.
Las palabras de la presidente tuvieron claros destinatarios; en primer lugar los dirigentes de la CGT San Lorenzo que ignoro olímpicamente el pedido del ministro Tomada que pidió se liberaran las 12 terminales portuarias del norte de Rosario. El segundo y principal destinatario fue Hugo Moyano, jefe de la CGT, que es quien apadrina y bendice esta metodología de presión.
Recién el último día 2 la CGT San Lorenzo, acato la conciliación obligatoria, decretada por el ministerio de Trabajo. Lo que nadie explica es quién será responsable por las pérdidas multimillonarias sufridas por el Estado Nacional, las empresas aceiteras y harineras, pérdidas que una vez más, caerán sobre las ya agobiadas espaldas del conjunto de la sociedad.
Mientras tanto algunas acciones del Ejecutivo Nacional, siguen causando estupor en los ciudadanos en general. Por ejemplo el pago, pagaré mediante, de $ 7.600.000, a la compañía española ISOLUX, para la construcción de la usina de carbón en Santa Cruz, empresa esta también vinculada al ex secretario de Transportes, Ricardo Jaime, que viene enfrentando en la justicia diferentes causas judiciales, por los reiterados “pagos de supuestas coimas”.
También en el gobierno de la provincia de Buenos Aires, como mínimo, se están confundiendo en las formas. Se presento hace unos días en el Ministerio de Justicia y Seguridad, acompañado de un letrado porteño, un “testigo de identidad reservada” que asegura conocer el lugar donde se encuentran sepultados, los restos de Julio López. Fueron recibidos por el ministro de Justicia y Seguridad, el subsecretario de Justicia y el Director del Registro de Personas Desaparecidas, quienes una vez escuchado el relato, consideraron creíbles los dichos y dispusieron se le tomara declaración. Estando la causa en un Juzgado Federal, era de esperar que antes que nada, se diera intervención al Juez interviniente, para que fuera este quien cumpliera con los pasos jurídicos correspondientes.
Volviendo al principio, el “síndrome Bouazizi”. Es bueno recordar, que los grandes movimientos donde el sujeto principal fue el Pueblo, fueron los que cambiaron las maneras de vivir y gobernar. Para aquellos que creen que el escenario donde hoy se desarrollan los hechos está muy lejano, es bueno recordarles que el famoso “efecto dominó” es una realidad y que todos los cambios no reparan en distancias para manifestarse. ¿Seremos previsores o esperaremos que golpeen en nuestras puertas?