Columna de opinión
“EL PUEBLO QUIERE…
Por Rodolfo José Bernat
Nuestra calidad de personas
no nos exime, de la corresponsabilidad que nos corresponde en todos los
problemas que tenemos como Nación y sociedad. Tal vez sea, porque la sociedad
de consumo en la que estamos inmersos, nos hace sentir que estamos
permanentemente frente a una inmensa pantalla de TV, donde vemos reflejado lo
que les pasa a “los demás”, convertidos en actores, para saciar nuestra sed “de
espectadores”.
Muchos se estarán preguntando, a quién o quienes me estoy
refiriendo y seguro tendrán toda la razón en hacerlo, sobre todo en esta fecha,
donde como todo lo que nos rodea, se ve opaco, descolorido y triste.
Corría el año 1810, la embestida de Napoleón Bonaparte
golpeaba a la península Ibérica y a sus colonias americanas. Con la caída de
Fernando VII, que fuera suplantado por José I. Bonaparte el “rey intruso”, que
lo sustituyo.
Esta situación producida en España, repercute en el
virreinato del Rio de la Plata, donde se sustenta la teoría de que este
virreinato, solo reconoce fidelidad al rey Fernando VII y que caído este, la
soberanía vuelve al pueblo.
Esto fue lo sucedido en los días previos al 25 de mayo de
1810.
22 de mayo: “Se constituye el Cabildo abierto, para analizar
la situación en la Península y las colonias, provocada por la sustitución
forzada de Fernando VII. El debate se prolongo desde la mañana hasta la
medianoche de aquel día, pudiendo dividirse su desarrollo en tres etapas:
primera; la lectura de la Proclama del Cabildo Abierto; segunda: El debate, que
en su totalidad, se consigna en el acta, “hacia de suma duración del acto.”;
tercera: la votación individual y pública, escrita por cada elector y pasada al
acto de la sesión.”
Una vez producido todos los votos y ya pasadas la 12 de la
noche de aquella jornada, se decide suspender las deliberaciones para
retomarlas y continuarlas, al día siguiente, donde también se dará a conocer el
resultado de la votación.”
23 de mayo: “Reunido el Cabildo, se computan las proposiciones mas votadas por los
Cabildantes: a) El virrey debe cesar en el mando; b) El Cabildo se hará cargo
del mando, mientras se congregan a los diputados que se han de convocar de las
provincias interiores, para establecer la forma de gobierno que corresponda. El
resto de la jornada los integrantes del Cabildo Abierto, lo dedican a analizar
la metodología a seguir.”
24 de mayo: Reunido el Cabildo, se propone una Junta,
presidida por el ex virrey y cuatro vocales, dos españoles y dos criollos. La
Junta queda conformada por: Presidente y comandante de armas, Baltasar Hidalgo
Cisneros; vocales Cornelio Saavedra (criollo), Juan Nepomuceno Solá (español),
Juan José Castelli (criollo) y José´ Santos Ichaúrrigue (español). “
Como anotación al margen debo aclarar, que el Cabildo aprobó
esta Junta, pero no se le comunico al pueblo su integración, “hasta no conocer
la opinión de las fuerzas militares sobre la misma. Estas fueron convocadas y
con su aprobación, a las 15 horas de aquel día, se realizo la jura de los
integrantes de la Junta.” Cuando por fin los cabildantes, dieron a conocer al
pueblo, reunido frente al Cabildo en un número importante, la composición de la
nueva Junta, la agitación y el descontento popular no se hizo esperar
Y se sintetizo en esta frase: “CISNEROS PRESIDENTE DE LA
JUNTA ES LO MISMO QUE CISNEROS VIRREY” la consigna se convirtió en grito,
coreada por los congregados en la Plaza Mayor, a los que, a medida que pasaban
las horas, se iban sumando gran cantidad de pobladores que se agregaban a la
protesta. El creciente malestar popular, llevo a Saavedra y Castelli primero, a
presentar las renuncias a sus cargos, actitud esta, que fue prontamente seguida
por los demás integrantes de la Junta. Ante esta situación “de vacío”, el
Cabildo resolvió cerrar las deliberaciones de ese día: “para pasar a realizar
consultas y seguir deliberando el día siguiente.”
25 de mayo: El día amaneció nublado y con lluvia. Sin
embargo, el fenómeno climático no consiguió, atenuar el estado de ánimo de
cientos de pobladores, que desde hora temprana se congregaron, en la Plaza
Mayor, frente al Cabildo. También, en el interior del mismo, los cabildantes
que desde temprano se reunieran en el, no ocultaban su preocupación por el
creciente malestar popular, lo que les hizo adelantar el inicio de las
deliberaciones. Las mismas se iniciaron con la propuesta de un sector de los
cabildantes, que mocionaron rechazar las renuncias presentadas el día anterior
por los integrantes de la Junta aprobada por el Cabildo, aduciendo que: “Solo
el Cabildo tiene la potestad de nombrar o quitar cargos”. Esta propuesta genero
mayor confusión aún y se dieron acaloradas discusiones en pro y en contra de la
propuesta, mientras afuera en la plaza, crecía la protesta de los pobladores,
que a pesar de la lluvia insistían en participar de los debates. Los mas
exaltados, pasaron a la acción directa y comenzaron a golpear las puertas con
insistencia, a la vez que reclamaban de viva voz: “EL PUEBLO QUIERE SABER DE
QUE SE TRATA”, la frase se convirtió en consigna coreada por la multitud,
dispuesta a no abandonar la plaza. Esta situación convenció a un importante
número de cabildantes, de estar a las puertas de un inminente levantamiento
popular, si no se respetaba la voluntad popular. Ante esta situación y el
convencimiento de los cabildantes de haber perdido también el apoyo de la
mayoría de las tropas, se decidió acceder a recibir una delegación del pueblo
que presento ante los cabildantes, un documento titulado; “LA PETICION DEL
PUEBLO”, por el cual sus firmantes, vecinos, comandantes y oficiales reclaman
“reasumir la soberanía delegada en el Cabildo, se de a conocer la formación de
una nueva Junta y el envió de una expedición de 500 hombres para auxiliar a las
provincias.” El Cabildo no tuvo otra salida, que aceptar la petición. Poco
después y ante un pueblo consiente de su victoria, participo de la
proclamación, que desde los balcones del Cabildo dieron a conocer los
integrantes de la Primera Junta, que componían los siguientes ciudadanos: Presidente:
Cornelio Saavedra (comandante de Patricios); Secretarios: Dr. Juan José Paso
(abogado), Dr. Mariano Moreno (abogado); vocales: Dr. Manuel Alberti
(sacerdote), Miguel de Azcuénaga (militar), Dr. Manuel Belgrano (abogado), Dr.
Juan José Castelli (abogado), Domingo Matheu (comerciante) y Juan Larrea
(comerciante).
El 7 de junio de 1810, aparece el primer número de la “Gazeta
de Buenos Aires”, de la mano del secretario de la Primera Junta de Gobierno,
Mariano Moreno y expresaba: “El pueblo tiene el derecho a saber la conducta de
sus representantes, y el honor de estos se interesa en que todos conozcan la
execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder
para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren
bien, deben aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para el logro de tan justos
deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con
título Gazeta de Buenos Aires. Firmado:
Mariano Moreno”
En aquel momento ese pueblo, comenzaba a transitar una senda
que los llevo a colocar los cimientos, a partir de los cuales se comenzara a
construir la República Argentina, una construcción en la cual hoy, se avanza
con una marcada lentitud y desgarrantés y veloces retrocesos.
Hoy, donde el enfrentamiento entre argentinos, no en
beneficio de la patria sino simplemente en beneficio de ciertas castas
enquistadas en el Estado Nacional y los Provinciales, las palabras de Mariano Moreno, impresas en
aquel primer número de la “La Gazeta de Buenos Aires”, no es una sugerencia,
sino una orden para recuperar aquel espíritu de Mayo de 1810, las patriadas
posteriores y un presente y un futuro que le pertenece al pueblo de la Nación y
no a un puñado de políticos corruptos, que han hecho de la República su “coto de caza”. Una vez
más; “EL PUEBLO QUIERE SABER DE QUE SE TRATA”, ¿NO LE PARECE?
Fcio. Varela, 24 de mayo de 2015.-