Columna de opinión
“MIENTE… MIENTE…
Por Rodolfo José Bernat
…QUE ALGO QUEDARA”. Esta fue la recomendación
de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Adolf Hitler y que aparentemente
el Jefe del Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, sigue al pie de la letra
en cada una de sus presentaciones televisivas, cada mañana.
Esta semana, el ministro cargo duramente contra el matutino
porteño “La Nación” “acusándolo” de informar sobre la pobreza en la Argentina
al publicar, los resultados de la encuesta “Barómetro Social”, realizado por la
Universidad Católica Argentina “U.C.A.”, que estableció que: “1.300.000 chicos del
Gran Buenos Aires viven en la pobreza”. El ministro no disimulo su enojo al
atacar a La Nación, manifestó: “Esta es la estrategia, difundir índices falsos
desde la oposición, para desestabilizar al Gobierno Nacional.” A nadie le
agrada en ningún país del mundo, que datos como estos tengan que tomar estado público,
pero ¿porqué no aprovechar la capacidad y credibilidad de la Universidad
Católica Argentina, para tomar este estudio como un aporte y no como lo
califico el ministro?
Pero bueno, no debe extrañarnos la actitud de Capitanich. No
es nueva. Se viene implementando desde el mismo momento en que se inicio “la
era Kirchner” en 2003.
Ejercitemos la memoria; Néstor Kirchner no ignoraba que el
22%, logrado en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que ganara
Carlos S. Menem, se verían incrementados en la segunda vuelta no por su propia
capacidad o historia, sino por el odio que Menem se había sabido ganar por su
política neo-liberar, durante sus dos períodos de gobierno –de los cuales el
participara como gobernador de Santa Cruz-, Menem también lo sabia y decidió no
participar de la segunda vuelta donde su derrota era inevitable. Fue asi que
Néstor Kirchner llego a la presidencia de la Nación, con la plena convicción,
que debía revertir desde el sillón de Rivadavia aquel 22% electoral por un 55 o
60%, de apoyo popular.
Su estrategia para captar voluntades que no lo habían votado
fue simple, mostro la amplitud del
proyecto que estaba ideando y comenzó a rodearse de “propios y
extraños”, pero eso si, dejando siempre
muy en claro, que el único que mandaba y dirigía era el, Néstor Kirchner.
No solo lo logró sino que armo un esquema de poder, que lo
sobrevivió y que continúa con más intensidad, encarnado en la hoy su viuda,
Cristina Fernández, quien no solo termino de consolidar ese polo de poder, en
base a “planes sociales” y reparto de dinero oficial, sino que creo una nueva
categoría dentro del esquema de la sociedad argentina, especialmente entre los
jóvenes: los Ni-Ni.
Cuando algunos sectores de la sociedad, -no precisamente el
político, que acompaño y hasta participo, de la política kirchnerista durante
gran parte de su recorrido- vislumbro la maniobra y buscaron desde algunos
medios periodísticos revertir la situación, fueron acusados de vende –patrias,
traidores, cipayos, etc. El latiguillo “Clarín y La Nación” mienten, el
“escrache” publico a los periodistas que se negaron a sumarse a las ala
banzas y loas al kirchnerismo, fueron víctimas de todo tipo de
defenestraciones e insultos y otras medidas, que hoy ni siquiera valen la pena
comentar, porque están y seguirán vivas en la memoria de todo un pueblo que
convivio y convive con ellas, como también los nombres de los “bastoneros”
oficiales que recibieron por parte del poder “piedra libre”, para poner este “sello de calidad” que impuso
el kirchnerismo.
Hoy por hoy, con la presidente Cristina Fernández,
prácticamente con la “suma del poder”, aunque aparentemente exista una
“división de los poderes”, que en la realidad nadie ignora, no pasa más de ser una fantasía, tenemos una situación
política interna que podemos sin temor a equivocarnos calificarla de
“amigos”-“enemigos”, y es esta, en la Argentina de hoy, una clara división.
Todo aquel que en cualquier área, no se somete a la voluntad de la presidente,
automáticamente pasa a la categoría de “enemigo”, aunque anteriormente por
años, estuviera colaborando con el gobierno actual y consolidando, el poder que
hoy existe.
Es tan larga la lista de los que pasaran de “adictos
incondicionales” a “enemigos”, que no tiene sentido recordar toda la lista,
pero podemos nombrar los más conocidos, Lavagna, Righi, Bonasso, Alberto
Fernández, Lostau, Redrado, Cobos, Massa, Moyano, Marco del Pont, Lorenzino,
Abal Medina, Jaime, Yahuar, Garré, Ocaña, Moreno… etc.
Toda esta situación
hoy se ve claramente reflejada, en un país que atraviesa por una serie de
conflictos originados por la corrupción, inseguridad, narcotráfico, inflación,
depreciación monetaria, caída del salario real, jubilaciones insuficientes,
merma de importaciones y exportaciones, carencia en la salud pública, cierres
de fuentes de trabajo, retroceso en la educación nacional en los niveles
primario, secundario y universitario. Sin embargo el gobierno en vez de
reconocer los problemas y solucionarlos, los niega e insiste en la clásica
política, de esconder la basura debajo de la alfombra. La cadena nacional, que fue creada para comunicar a la población,
hechos trascendentes para el país, se ha convertido en un elemento mas del
aparato de propaganda oficial, donde la presidente es por lo general, única
expositora, rodeada de un selecto núcleo de adictos y aplaudidores, que por lo
general, se repiten en cada aparición y completan el marco en los cuales la
presidente Cristina Fernández hace sus anuncios y acusaciones, pero donde los
graves problemas que cotidianamente atraviesa el pueblo argentino, no merecen
ni tienen espacio.
Argentina se ha convertido en el país “del vale todo”, sin
seguridad interna ni externa. Hoy prácticamente no tenemos fronteras propias,
donde “todo entra y sale” sin ningún problema, veamos un ejemplo concreto de
esto: Recientemente fue detenido en Puerto Iguazú, cuando intentaba cruzar a
Brasil una persona con un DNI de extranjero falso y cien mil euros en efectivo.
Demorado por personal de Gendarmería Nacional, fue puesto a disposición del
Juez correspondiente, quién ordeno tomar sus impresiones digitales. Allí, se
constato y el detenido lo corroboro, ser Pantaleone Mancuso, integrante de la
mafia calabresa, y que hace un tiempo atrás, escapara de una cárcel italiana de
máxima seguridad, sobornando a personal de la misma. Preguntado por donde había
entrado a Argentina, se negó a responder, aunque aseguro ya haber estado otras
veces en el país. Lo que llama la atención dado que tiene una orden de captura
internacional expedida ya hace un tiempo por la Interpol.
El avance del narcotráfico en nuestro país en los últimos
años, ya no puede ocultarse. A lo
sucedido en ciudades como Rosario, Santa Fe y otras regiones del país, hay hoy
que agregarles el avance en barrios de la propia Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, en el Barrio Illia del Bajo Flores, que esta semana se conoció en todo
el país a partir de la difusión de las diferentes señales televisivas en vivo y
en directo, de una acción narco.
También en la zona sur del Conurbano bonaerense, el avance de
los narcotraficantes
sigue en aumento:
Lanús, Quilmes, Florencio Varela y La Plata, lo pueden ratificar.
Señora presidente, usted el otro día manifestó públicamente
que “hay radios que solo transmiten malas noticias”. El pueblo entero de la
República en algo que ya no es un
pedido, sino que se transformo en clamor popular, le pide señora presidente,
que le ordene al Estado que cumpla con los deberes que emanan de la
Constitución Nacional, para garantizar la vida y los bienes de los ciudadanos.
Usted, es la única que puede hacerlo, y no solo el país entero se lo
agradecería sino que además, las radios dejarían de transmitir “malas
noticias”.
Fcio. Varela, 14 de septiembre de 2014.-
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