lunes, 6 de abril de 2015

"La casa... ¿esta en orden?

Columna de opinión
“LA CASA… ¿ésta en orden?
Por Rodolfo José Bernat

                          Fue el 19 de abril de 1987. El presidente Raúl Alfonsín, transitaba el 4° año de su mandato, cuando un sector militar encabezado por el Tte. Cnel. Aldo Rico, se amotino en la guarnición militar de Campo de Mayo y lanzó la que denominara “Operación Dignidad”.
Cuando los medios de comunicación, comenzaron a informar lo que estaba sucediendo, miles de miles de ciudadanos en todo el país, comenzaron a auto convocarse, congregándose en las plazas principales de las ciudades donde residían. En Buenos Aires, la concentración más imponente fue en Plaza de Mayo y tanto allí como en el resto del país no había identificaciones partidarias y si un mismo anhelo: la defensa de la Democracia. El presidente Alfonsín desde el balcón de la Casa Rosada, pidió al Pueblo confianza y serenidad, que el ya se dirigía hacia Campo de Mayo y regresaría para informar al Pueblo.
Cuando el helicóptero partió hacia Campo de Mayo, la incertidumbre y las dudas campeaban sobre la muchedumbre, pero el sentimiento generalizado de defender la democracia los galvanizo y nadie abandono la plaza.
Entre la partida y el regreso  del helicóptero presidencial, transcurrieron tres angustiantes horas y cuando el presidente Alfonsín volvió a salir desde el balcón de La Rosada, la expectativa era tan grande como el silencio de la Plaza. Fue allí, cuando el presidente Alfonsín anunció: “La casa esta en orden. ¡Felices Pascuas!”. Aquellas palabras fueron el punto de partida para que el Pueblo en su conjunto estallara en vivas y aplausos, abrazándose unos con otros, como auténticos compatriotas.
La realidad nos demostró con el paso de los años que la casa no estaba en orden en aquel 1987 y tampoco lo estaría, con los gobiernos que le sucedieron a Alfonsín al contrario, la República se fue degradando con cada uno de los partidos políticos que fueron accediendo “democráticamente” al poder. La corrupción y la impunidad, comenzaron a tomar cuerpo en cada una de las dependencias del Estado, ante la mirada distraída o ausente, de quienes tenían la responsabilidad de castigarla. Fueron esos dos elementos que “se estatizaron”, con el correr de los años, la que nos marcó con esta realidad que hoy esta en su máximo apogeo, y basta tan solo para verificar este estado de cosas, el leer, escuchar o ver los medios de comunicación masiva incluyendo la hoy tan dese jerarquizada “Cadena Nacional” convertida en un elemento más de publicidad política de la presidente y el partido gobernante que transmite al país su “única verdad” y “sin derecho a réplica”.
Los esfuerzos del gobierno y sus seguidores por “enterrar” definitivamente el  “caso Nisman” y las consecuencias que el trágico final del fiscal, puso en las primeras planas  de los medios de comunicación del país y el mundo, hacen cada día mas evidente, los esfuerzos del gobierno nacional por presionar a los medios independientes para que estos “solo Informen de acuerdo a la información que ellos provean”. Esta actitud de las autoridades gubernamentales, provocan un enfrentamiento que ya ha adquirido niveles preocupantes ya que se amenaza a “los díscolos”, con todo tipo de sanciones y que ha llevado a un gran sector de la sociedad al hartazgo, por tener que convivir  en un estado “casi policial”.
Un ejemplo de lo anterior, quedo explícitamente demostrado, con lo sucedido al fiscal Gerardo Pollicita, el juez Daniel Rafecas, el fiscal Germán Moldes, la Sala  1 de la Cámara Federal y el fallo de dicha Sala, que por mayoría apoyo la resolución del Juez Rafecas, por los votos a favor del mismo de los jueces Jorge Ballestero y Eduardo Freiler y en contra del juez Eduardo Farah, con lo cual se busca desestimar para siempre la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidente de la Nación, Cristina Fernández Vda. de Kirchner y otros importantes funcionarios de primer nivel del gobierno nacional.
Ante esta situación, el fiscal Germán Moldes presento en forma inmediata, la apelación al dictamen de lo resuelto por la Sala 1.
El juez Jorge Ballestero junto a su esposa Adriana y una pareja de su amistad, resolvieron el último viernes de marzo, cenar en el restaurante del Club Mayling, de Pilar. No paso mucho tiempo de su ingreso al restaurante, en ser reconocido por el resto de los comensales, quienes en medio de gritos, golpes en vasos, botellas y cubiertos, improvisaron un “escrache” contra el juez que resolvió con su voto “no se investigue a la presidente de la nación”, criticando a la vez la denuncia realizada por su colega fallecido, el fiscal Alberto Nisman. En medio del cada vez mas caldeado clima que se comenzó a vivir en el local, la esposa del juez lo convenció para retirarse del restaurante, de donde salieron entre el abucheo y demás muestras de desagrado y reprobación por su actitud, de los clientes del local.
Tal vez el episodio hubiera terminado allí, si al juez Ballestero en un arranque de “guapeza”, volviera a ingresar en el restaurante y preguntar provocativamente  a los comensales: “¿Eso era para mi?”, lo que no solo aumento la violencia verbal contra el juez, sino que se vio alimentada por un nuevo cuestionamiento del magistrado a los comensales que ya a esta altura repudiaron unánimemente su proceder en el “caso Nisman”, al preguntar despectivamente “¿ Y ustedes quienes son para cuestionarme?”. Una de las mujeres presentes le recrimino duramente su actitud por no permitir se continúe la investigación contra la presidente, otros comenzaron a insultarlo y otro comensal muy enojado le grito “Vendiste al país por unos pesos”.
Cuando la esposa del juez logró al fin que se retirara del local, lo hizo en medio de un escándalo mayúsculo. El sábado, el juez tenía previsto jugar golf, para lo cual ya había reservado cancha, pero tomo tal trascendencia lo sucedido en el restaurante, que no se presento a jugar.
Son un “secreto a voces” los fallos de la Sala 1, que integran los jueces Ballestero Farah y Freiler, siempre a favor del gobierno, y son: caso Skanka, donde hasta la propia empresa reconoció el pago de sobornos; el caso de los miles de e-mails encontrados en la computadora de un asesor de Ricardo Jaime y que por fallo del juez Oyarbide, se desconoció el delito, lo que fue ratificado por la Sala 1; otro fallo de la misma Sala “agradecida por el gobierno”, fue la cual estaba procesado el Secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron.  La Sala 1 dicto el sobreseimiento de Cameron. Fue también la Sala 1, con los mismos jueces, quien desproceso a los hermanos Sergio y Pablo Shoclender y otros 40 imputados, en la causa por supuesto lavado público de dinero en la Fundación Madres de Plaza de Mayo; también fue la Sala 1 con los mismos integrantes, la que confirmo el sobreseimiento de Ricardo Echegaray por el “otorgamiento de millonarias compensaciones a “empresas”, cuando estaba al frente de la ONCCA”.
Y siguiendo con temas de la Justicia, dos cortitas; Se disolvió “Vatayón Militante”, la agrupación K, que llevaba a los presos a los actos oficiales K, de ahora en más fue rebautizado como “Pingüinos”, por lógica no cambian sus integrantes ni sus acciones.  
La CTA, de Yasky (oficialista), acaba de reconocer e integrar a esa Central al “Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (SUTPLA), son sus autoridades: Secretario General, Cesar Rodriguez Díaz (condenado); Secretario Adjunto, Roberto Manrique (procesado); Secretario de Administración y Finanzas, Maximiliano Zeballos (perpetua); Secretario de Derechos Humanos y Asuntos Penitenciarios, Gastón Darío Brossio (condenado); Secretario de Salud y Seguridad, Eric Vilte; Secretario Gremial, Cristian Reyes (procesado); Sec. De Actas, Leonardo Fernández (procesado); Sec. De Prensa, Vicente Rago (condenado); Sec. De Acción Social, Gustavo Moreno (procesado) y Sec. De Organización, Carlos Gimenez Guell (condenado);………
La historia que no se equivoca, nos demuestra que pese a la honestidad y el coraje del presidente Raúl Alfonsín, aquel día de abril de 1987, “la casa no estaba en orden”, pero con el cambio de cada nuevo gobierno, el desorden se hizo cada vez más evidente, hasta desembocar en el caos en que hoy estamos sumergidos. Solo una frase puedo rescatar de aquel día que sigue vigente:  ¡“FELICES PASCUAS”!



Fcio. Varela, 05/04/2015.-      

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