domingo, 3 de abril de 2011

Columna de opinión
LA MEMORIA
Por Rodolfo José Bernat


Hace 35 años atrás, en 1976, un golpe de estado encabezado por los tres Comandantes en Jefe, de Ejército, General Jorge Rafael Videla, de Marina , Eduardo Emilio Massera y de Aeronáutica, Brigadier Orlando Raúl Agosti, daba comienzo al “Proceso de Reorganización Nacional”.
Quienes hoy andan por los 50 años, tenían en aquel entonces 15 años y es por este motivo que considere necesario realizar esta nota sobre la memoria, porque somos una mayoría importante los que fuimos y somos, partícipes directos de esta aciaga etapa que le tocó vivir a nuestra Patria.
No es casual que este feriado nacional que se instalara en 2008 y se bautizara como “Día de la Memoria”, haya pasado a ser un feriado festivo más, a tal punto que en este año, para poder facilitar el feriado turístico, por decisión presidencial se extendió al viernes 25 con lo cual el gobierno nacional, concedió un largo feriado turístico para el esparcimiento y placer de nuestro pueblo.
Extraña manera de conmemorar la instalación en la Argentina de la última dictadura militar, que terminó con el último gobierno democrático que aún existía en el Cono Sur de América.. Es aquí donde se hace necesario apelar a la memoria, para poder comprender y hacer comprender a quienes por un problema generacional, no vivieron aquella etapa y tienen todo el derecho y la obligación, de conocer los hechos acaecidos en aquella época. ¿Pero a que memoria debemos apelar, a la buena o a la mala memoria? Porqué si bien la memoria debería ser solamente una, la fidedigna, la que nos traiga desde aquellos días las acciones, hechos y personajes de los que fueron actores directos o indirectos de aquella trágica etapa, se le contrapone desde algunos sectores predeterminados, la “otra memoria”. Aquella que solo destaca alguna de las acciones, hechos y personajes de sus participantes, diversificando, cambiando y hasta travestir personajes, que en su momento fueron partícipes de la dictadura militar o tuvieron acuerdos con ella o con sus integrantes, ejerciendo cargos de gobierno, “simpatizando” o teniendo “amistad”, con los integrantes del Proceso y por supuesto, muchos, muchos negocios en común.
Esa es la memoria que hoy se intenta instalar en la sociedad, la “mala memoria”, la que hoy le permite a una legión de políticos, funcionarios, empresarios, sindicalistas, dirigentes sociales, etc., seguir teniendo un bienestar personal, muchos de ellos desde 1983 hasta hoy, apelando a la “mala memoria”, porque si utilizaran la otra memoria, la auténtica, no podrían ocultar todo aquello de lo que hoy reniegan y que los tuvo como personajes principales de primera, segunda o tercera línea, en esta sátira en la que hoy se pretende transformar la historia reciente y aún caliente, de nuestra Argentina.
La buena memoria llevaría irremisiblemente a gran parte de estos personajes, a tener que rendir cuentas no solo ante los estrados judiciales, sino también ante sus conciudadanos que los vio nacer, crecer y desarrollarse como ¿políticos? apelando a la “mala memoria” para poder esconder o justificar los métodos y traiciones con los cuales han empedrado el camino, por el cual avanzan con total impunidad y desfachatez. Pero, ¿hasta cuando? Acaso no son concientes de que más o menos pronto la buena memoria habrá de imponerse, colocándonos a todos en el lugar que corresponda dentro de la historia real, esa misma historia, que tratan de disfrazar para que no los muestre tal cual fueron y son.
El 24 de marzo de 1976, no solo sufrió la Argentina un golpe militar-cívico que durante 7 largos años nos sumió en el peor de los infiernos. El miedo caló hondo en el cuerpo social, pero se adentró mucho más en ese mismo cuerpo, la insolaridad y el “sálvese quién pueda”. Fueron muchos los compañeros que cayeron víctimas de esa insolaridad, “eran subversivos” y “ellos no tenían nada que ver”.
30.000 desaparecidos, no desaparecen así como así, si no se hubiera contado con la colaboración y la delación de sectores no militares. Esto, duele más y más con el correr de los años, porqué se lo quiere ocultar como a “la basura debajo de la alfombra”, es una realidad tan latente, que hasta que no la saldemos en forma total –como reza el slogan de una de las entidades de Derechos Humanos; “Justicia y Verdad”-, esta tan querida Nación para muchos y tan despreciada para quienes tienen en sus manos las riendas del poder, se seguirá hundiendo inexorablemente en la ciénaga de la degradación, la autodestrucción y la desintegración social y territorial, que es en definitiva, el espíritu mismo de este “Proyecto progresista” que enancado en la “mala memoria” y fogoneado con abundante pauta publicitaria oficial y jugosos subsidios del Tesoro Nacional para comprar adhesiones, sigue alimentando una “historieta” que pretenden transformar en “Historia” y donde el “festival de los corruptos” deja de ser tal, para convertirse en parte de la política nacional Disculpe mi atrevimiento Señora Presidente, pero como yo soy uno más de los millares y millares que seguimos teniendo y cultivando la buena memoria, no podemos permitir que el 24 de marzo, sea convertido en un feriado turístico, festivo y de autopropaganda oficial.
Para todos aquellos que equivocados o no, hemos alimentado el sueño de construir una Nación de todos y para todos, esa fecha representa , luto, dolor y recogimiento. No hay nada en ella que nos invite a festejar o promover feriados turísticos, al contrario, ese día debiera paralizarse el país como “DIA DE DUELO NACIONAL Y ARREPENTIMIENTO”.
Claro eso sería pedirles a los cultores de la “mala memoria”, hicieran un examen de conciencia y esto es imposible para ellos, que seguramente se refugiaran en el Artículo 18 de la Constitución Nacional : “Nadie puede ser obligado a declarar contra si mismo;”
Sin embargo, todo llega…


Fcio. Varela, 31 de marzo de 2011.-

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