Columna de opinión
¿COSTA RICA O ARGENTINA?
Por Rodolfo José Bernat
En una serie de cuatro notas, podremos visualizar como ha crecido en el
continente la impunidad criminal, la politiquería que la protege y cuales
podrían ser las posibles soluciones.
Quién analiza toda esta problemática, que como un cáncer
maligno se ha ido expandiendo por una gran parte del continente americano, es
el Licenciado Juan Diego Castro Fernández, abogado director de Jurisis en la
República de Costa Rica. Catedrático de Derecho Penal y Criminología. Ex
ministro de Seguridad Pública, Gobernación y ex presidente del Colegio de
Abogados de Costa Rica.
Es el, quién en su “Introducción”, nos revela todo el horror
que estamos viviendo en los diferentes países de América Latina. Argentina o
Costa Rica, un mismo drama, un mismo flagelo.
“Los delincuentes dominan las ciudades de Costa Rica.
Nuestras casas de han convertido en prisiones. Estamos ahítos de tanta sangre
derramada por las víctimas del hampa. Además, hartos de la tremenda impunidad
reinante en nuestra Patria.
Igualmente, hastiados de vivir tras las rejas y sin derecho a
caminar en paz por nuestras calles.
La Patria esta en manos del hampa. Existen comunidades donde
los policías han perdido absolutamente el control, las pandillas están
desbocadas y constantemente los cadáveres aparecen “ajusticiados” en las calles.
Los mafiosos, los
corruptos, los narcotraficantes, los asaltantes, los conductores asesinos y
toda la caterva de pillos que atacan cada día a los costarricenses, si son
denunciados ante el Ministerio Público, solamente tienen un riesgo de alrededor
del cuatro por ciento de resultar condenados por la administración de justicia
penal.
Impunidad y politiquería
La impunidad y la politiquería campean de frontera a frontera
y de mar a mar. La posición geográfica de nuestro país y su falta de
organización para enfrentar la delincuencia nacional y extranjera, han sido los
factores que propician el crimen y la victimización, como una peste incurable
que, por supuesto, tiene remedio, si la enfrentamos con inteligencia y con
fuerza, cuando superemos la indolencia de los políticos.
El incremento en los asaltos, asesinatos y accidentes de
tránsito, es innegable y pavoroso, pero mas grave resulta el elevado índice de
impunidad en el que los dirigentes han sumido a la sociedad costarricense. El
narcotráfico y la drogadicción se han desparramado por nuestros mares, por
nuestros aires y por todo el territorio nacional destruyendo nuestra juventud y
pringando a algunos funcionarios importantes.
Frente a esta situación, el actual gobierno ha mantenido un
discurso absurdo y ridículo, basado en la tesis sobre “el temor”, que sus
dirigentes han sostenido desde hace muchos años y que han repetido
insistentemente hasta esta fecha.
El “Informe nacional de desarrollo humano 2005”, concluyó:
“Disminuir el temor de las personas requiere colocar en perspectiva el fenómeno
a través de la creación y divulgación de información precisa y actualizada
sobre la seguridad ciudadana. Para ello se identificaron cuatro retos que
encara el país: disminuir el temor, revertir la tendencia creciente que muestra
la re victimización, atender los factores de riesgo y fortalecer la
capacitación institucional, sin lo cual no es posible alcanzar resultados
sostenibles en ninguno de estos campos.”
Hace tres años y medio, la primera vicepresidenta electa
manifestó que el proyecto del gobierno de Arias contemplaba “políticas para
frenar el crecimiento de la delincuencia y reducir la percepción de inseguridad
que agobia a la población (…) La administración Arias ya tiene el diagnostico
del problema y la decisión política para impulsar una propuesta a fin de
aspirar a un país mas seguro. Debemos tener en claro que todo el tema de la
seguridad ciudadana no se resolverá en cuatro años.”
Hace dos años, la entonces vicepresidenta de la República y
actual candidata a la presidencia, dijo: “La administración Arias Sanchez, se
ha propuesto a través del “Plan Nacional de Prevención de la Violencia y
promoción de la Paz Social”, quitarle al costarricense la sensación que vive
inseguro y buscar devolver un país sin miedo… mas del sesenta por ciento de los
costarricenses tienen miedo a vivir en sus casas.
Curiosamente el diario “La Nación” de aquel país, en su
edición del 1° de diciembre del 2008, sostuvo: “En su primera declaración
oficial, una vez designada ministra de Seguridad Pública por el presidente
Arias, manifestó que el problema de la inseguridad en el país era un asunto de
“percepción”.
Esta imprudente afirmación “minimizadora de la realidad le
atrajo diversas críticas.”
Los resultados del módulo sobre victimización, de la encuesta
de julio de 2008, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, son
contundentes; “Estamos peor que nunca y nuestros gobernantes no tienen un
enfoque claro sobre la situación existente a nivel criminológico. La política
criminal del gobierno es inconsistente. La lentitud y mediocre tranquilidad con
que se aborda el tema de la victimización por la mayoría de los políticos es
inaceptable.
Los datos del INEC son alarmantes: De julio 2007 a julio
2008, el 28% de los hogares en el país, manifestaron haber sido víctimas de
algún tipo de delito o agresión, mientras en 1997 ese porcentaje era del 15%.
En uno de cada 10 hogares del país, alguno de sus miembros fue víctima de robo
o asalto en la calle.
La realidad supera una vez más el discurso politiquero. Es
falso que el problema sea simplemente la
percepción de la inseguridad, el temor, o las “noticias amarillistas”. La
realidad esta ahí, aunque no se halla divulgado, ni tomado en cuenta el
diagnostico del INEC.
El 28% de los hogares costarricenses ha sido victimizado por
la delincuencia.
Hasta aquí , la primera parte del estudio realizado por el
Licenciado Juan Diego Castro Fernández y que revela el avance de la
delincuencia organizada, no solo en Costa Rica sino en la mayor parte de los
países americanos y como los gobiernos de turno, tratan de seguir implementando
el triste recurso de “barrer la basura” escondiéndola, debajo de la alfombra.
En la próxima nota: “La pirámide de la injusticia”.
Fcio Varela, 11/09/2016.-
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