martes, 15 de abril de 2014

MIRAR AL PASADO


MIRAR AL PASADO Por Rodolfo José Bernat ¿Estamos en medio de una sociedad cínica o desmemoriada? La pregunta anterior, es en estos momentos vital para comprender, que es lo que nos esta sucediendo hoy, a los argentinos. Si pudiéramos poner una fecha estimativa, de cuando se comenzó a gestar la actual situación de inseguridad y desprecio por la vida del otro, la corrupción política empresarial, judicial y de sectores de las fuerzas del orden, deberíamos retroceder 35 años, en que al amparo de haber recuperado el “estado de derecho” y la plena vigencia de la “Constitución Nacional”, se comenzó a tejer esta situación que hoy podemos afirmar, es una de las mas trágicas de todas aquellas por las cuales, transito la Argentina democrática y de la cual por lógica, se exime a los gobiernos “de facto”. Hoy hemos llegado a un punto, donde el hartazgo de la población ante la insensibilidad, sordera y ¿complicidad? de los estamentos estatales, empuja a una sociedad que ya no sabe que hacer para preservar sus vidas y bienes, que fueron transformando a ciudades tranquilas y seguras, en ciudades-cárceles, donde sus moradores ya no saben que hacer para preservar no solo sus bienes, sino sus vidas, que como graficara lamentablemente en un reciente discurso la señora presidente Cristina Fernández quien manifestó con respecto a delincuentes y ciudadanos: “Que ellos saben que sus vidas no valen mas que dos pesos, ¿porque tienen que pensar que la de los demás valen mas?” Seria calumnioso manifestar, que todos los problemas de inseguridad se han generado durante el transcurso de los gobiernos kirchneristas, pero si afirmar, que el proceso de descomposición que ya se venia gestando, encontró un excelente caldo de cultivo en esta “década ganada”, como el gobierno gusta llamar a estos últimos diez años, donde el narcotráfico, responsable fundamental de la situación que vivimos, tuvo todas las posibilidades para que sus actividades crecieran y se multiplicaran a lo largo y ancho del territorio nacional. ¿Qué es lo que produce que sociedades pacificas y conservadoras, -en cuanto a su conformación y costumbres- se vuelvan llegadas a un limite, violentas y anárquicas? La respuesta no puede darla nadie en particular, porque esta latente en la realidad del día a día y graficada en los medios de comunicación masiva, que no son mas ni menos, que el espejo donde se refleja esta realidad, que tan solo aquellos que la generan, se niegan a verla y admitirla. Hoy, desde los estamentos del Poder y la Justicia, se horrorizan ante las situaciones de intentos de linchamientos protagonizados, por honestos y tranquilos ciudadanos que hartos de reclamar sin ser escuchados, entran en ese espiral de violencia no creado por ellas, y si, por autoridades que hicieron del libertinaje y permisibilidad, una política de estado. ¿Acaso no fue un tipo de linchamiento los “escraches” contra aquellos que se atrevían a pensar y hacer publicas sus denuncias, contra las acciones y procedimientos del gobierno? ¿Nos hemos olvidado de las incitaciones que Hebe de Bonafini, Luis D’Elia , Moreno, entre muchos otros, alentaban a sus partidarios para que expresaran públicamente su repudio por “los enemigos”, como se llego a calificar, a quienes no pensaran igual que el gobierno? Cada cual recoge lo que siembra. Se convirtió a un derecho que dio origen a que ciudadanos y ciudadanas, se organizaran venciendo el miedo a la dictadura, en entidades de lucha por la defensa de los derechos humanos, en “entidades políticas del oficialismo” alejadas de sus principios y con vertidas sus referentes, en participes permanentes y privilegiadas, de los actos de los presidentes Néstor Kirchner primero, y su esposa Cristina después. ¿Alguien conoce que esas entidades hayan emitido algún comunicado contra el narcotráfico por el “derecho a la vida”, que desde hace años viene siendo violado por esos “carteles”, cometiendo un genocidio con la clase menos pudiente de la sociedad, condenándolos primero por la adicción y después por el dinero, a transitar un camino sin regreso? O lamentar la muerte violenta, de aquellos que representando a los organismos de seguridad, pierden la vida por cumplir con su deber? No se puede seguir lucrando con la memoria de 30.000 desaparecidos y negarse a ver y condenar a aquellos que hoy, de diferentes maneras, les niegan sus derechos a millones de personas que aun están vivas, pero que saben que en esta “ruleta rusa” en que se ha convertido nuestra actualidad, cualquiera de nosotros, puede ser la próxima victima. No concuerdo con la “Ley del Talión” nacida en Babilonia, pero tampoco me atrevo a condenarla, dado que pienso que cada sociedad en cada momento histórico, se vio necesitada de crear los elementos que les permitiera seguir subsistiendo y proyectarse al futuro. Si aquellos que hoy por hoy, tienen el deber de defender, conservar y mantener vigentes los principios fundamentales estatuidos en nuestra Constitución Nacional, no desean que la anarquía crezca y avance sobre el cuerpo de nuestra sociedad, deberán sancionar urgentes medidas y definiciones, conforme lo expresa el clamor popular. No hacerlo, dará lugar en algún momento a que aquello de “QUE DIOS Y LA PATRIA SE LO DEMANDEN”, pase de ser una formula a convertirse en una obligación popular. +

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