miércoles, 3 de abril de 2013

"EL COMANDANTE..." (Parte 2)


Columna de opinión “EL COMANDANTE…” (2da. Parte) Por Rodolfo José Bernat Es imposible comentar sobre los orígenes de la República de la Gran Colombia, si en primer lugar no nos detenemos en conocer quienes fueron sus inspiradores, sobre todo, en este lado del sur de América, donde los datos que se manejan sobre sus protagonistas y el tiempo que les toco vivir esta muy fragmentada y hasta el día de hoy, de alguna manera, se siguen alimentando pasiones que ya existían bajo el dominio de España. Es necesario conocer cual era la situación social, política y económica, para alcanzar a saber en que contexto y con que motivaciones se arribo al proyecto de Independencia, que hizo surgir dos figuras preponderantes de aquel proceso; Francisco de Miranda y Simón Bolívar, dos pro-hombres de la América pos-española, con diferentes historias y también con destinos diferentes. Conocerlos un poco más nos posibilita saber como fueron los hombres para llegar a los héroes. Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, nació en Caracas un 24 de julio de 1783. Hijo de un acaudalado hacendado Juan Vicente Bolívar y Ponte y de doña María de la Concepción Palacios y Blanco, fue el menor de los cuatro hermanos y de muy pequeños junto con ellos, se convirtieron en herederos de una importante fortuna. Simón tenía solamente 9 años en aquel momento. En principio fue su abuelo materno quien lo tomo a su cuidado y posteriormente, fue su tío Carlos Palacios quién asumió la tutoría de Simón, pero fue la negra Hipólita, su esclava y nodriza, quién debió suplir el cuidado, cariño, afecto y presencia de sus padres. Contaba Simón 15 años, cuando por intermedio de su tío Esteban quién se desempeñaba como ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor del Reino, ante el rey Carlos IV, que fue nombrado subteniente de Milicias de Infantería de Blancos de los Valles de Aragua. Sus maestros fueron los pensadores Andrés Bello, Simón Rodríguez y Guillermo Paigron entre otros. De espíritu vivo y travieso, Simón Bolívar fue internado en casa de uno de sus maestros, Simón Rodríguez, por expresa Orden de la Real Audiencia. Sin embargo el espíritu del joven no cambió, lo que motivo que sus tíos como intento resolvieron enviarlo a España, para continuar allí, con su formación. En 1799 desembarco el joven subteniente en tierra española. La Corte lo cautivo de inmediato. Se hizo presente su presencia en los salones de lectura, tertulias y bailes del Madrid monárquico. Se deslumbro con los jardines de Aranjuez, que desde el mismo momento de conocerlos lo cautivaron profundamente. Gustaba vestir su uniforme militar y así se presentaba en los diferentes espacios de la Corte, sin prestar mayor atención a los corrillos cada vez más numerosos, que se formaban para comentar las noticias que llegaban sobre las actividade4s de Napoleón Bonaparte y sus aspiraciones. Se convirtió en habitúe de las renombradas reuniones que ofrecía el Marques de Ustáriz, con quién logro establecer una sólida amistad. Fue en una de esas reuniones que conoció a María Teresa Rodríguez del Toro, de quién se enamoro rápidamente siendo correspondido por ella. El 26 de mayo de 1802 se realizó la boda de ambos en la Corte. Inmediatamente de consumado el casamiento, la pareja decidió trasladarse y establecerse en Caracas aún bajo el dominio español, en algunas de las haciendas propiedad de Simón. En enero de 1803, María Teresa contrajo en Caracas la fiebre amarilla, inútiles fueron los esfuerzos realizados para salvarle la vida, pocos días más tarde, fallecía. Simón Bolívar se vio profundamente afectado por la muerte de su joven esposa e incapaz de seguir viviendo allí después de su desaparición física, decidió volver a España. Ya en aquel entonces Venezuela se encontraba envuelta en un estado de agitación social y política creciente, alimentada de alguna manera por las cada vez más evidentes desigualdades, a las que había que agregar las proclamas que llegaba desde los Estados Unidos del legendario caraqueño Francisco de Miranda, quien insistía en sus aspiraciones independentistas que no se agotaban solo en las proclamas, dado que denodadamente buscaba recursos y apoyos para la fuerza de invasión que estaba preparando. Simón Bolívar en su vuelta España se aboco a seguir más de cerca la epopeya de Napoleón Bonaparte a quién siempre tuviera como su referente. Se nutría con la literatura inspirada en la Revolución Francesa y los enunciados de sus pensadores. El 2 de siembre de 1804 estando en París, asistió a la coronación de Napoleón I, otorgada la dignidad Imperial por el Papa Pío VII. Esta fue tal vez una de las mayores decepciones de Simón Bolívar, ya que en Napoleón idealizara la corporización y síntesis de los ideales revolucionarios incompatibles con los valores de la monarquía. En 1810 estalló en Caracas, la famosa “revuelta caraqueña” que se convirtió en el primer eslabón de los acontecimientos que conducieron al inicio del proceso de independencia. Se creo la Junta Suprema de Venezuela y Simón Bolívar fue designado por la misma coronel de Infantería. Inmediatamente se le encomendó viajar a Londres junto con Andrés Bello y Luis López Méndez, en busca de apoyo para el nuevo gobierno Si bien Inglaterra a través de Lord Wellesley, ministro de Asuntos Exteriores, luego de varias reuniones con los americanos, decidió mantenerse neutral, Bolívar interpretó el saldo de esa gestión como una buena señal para continuar con la emancipación propuesta. Es allí donde comienza a aferrarse a las ideas y posiciones de Francisco de Miranda, ideólogo y visionario de las independencias de América y quién ya tenia diagramado un proyecto para la fundación de una gran Nación a la que se bautizaría con el nombre de “Colombia”. Bolívar hizo suyas las ideas de Miranda y le pidió que regresara a la patria para llevarlas a la práctica. Simón Bolívar regreso a Caracas con la total convicción, de cual era su misión. Francisco de Miranda no tardo en seguirlo. La figura de Francisco de Miranda entre los criollos, era la de un personaje de leyenda por el largo tiempo pasado fuera de la patria y las noticias que de él llegaban, ya participando activamente en la independencia de los Estados Unidos, o sobre su actuación durante la Revolución Francesa o incluso en el Virreinato del Río de la Plata. Muy poco conocido en su tierra físicamente, no despertaba el sentimiento de adhesión de aquellos que veían en aquellos días la posibilidad de separarse de España, , pero Simón Bolívar convencido de su proyecto, introdujo a Francisco de Miranda en la Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía creada en 1810, donde instaron a los demás miembros a proclamar la independencia absoluta para Venezuela, pronunciándose a favor de la misma ante el Congreso Constituyente de Venezuela, reunido el 2 de marzo de 1811. Allí Simón Bolívar pronunció su primer y memorable discurso al expresar: “Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana. Vacilar es perdernos.” El 5 de julio de 1811 el Congreso Constituyente declaro la independencia de Venezuela y aprobó la Constitución Federal para los estados de Venezuela. Simón Bolívar comenzaba su marcha. Es mucha historia para tan poco papel, así que continuare el relato en la próxima columna. ¿Cuándo terminará? Quién lo sabe… Solo Dios tiene la capacidad de poner un punto final en la Historia de la humanidad.- Fcio. Varela, 1 de abril de 2013.-

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